- La Comisión de Deontología del ICOMEM junto con la Junta Directiva ha publicado un documento cuyo objetivo es concienciar e informar a padres, tutores, profesores y facultativos sobre esta petición tan frecuente en las consultas de Medicina Familiar y Pediatría.
- Es competencia de los padres y/o tutores legales la redacción de un informe justificativo de la ausencia y los profesores deben aceptar su validez.
El Colegio de Médicos de Madrid recuerda que los médicos de Atención Primaria, facultativos de familia y pediatras, no tienen la responsabilidad de realizar informes que justifiquen la falta de asistencia a clase o actividades extraescolares. La Junta Directiva y la Comisión de Deontología de esta institución han elaborado un documento teniendo en cuenta que la petición de justificantes escolares es un motivo de sobrecarga asistencial.
“Los padres por iniciativa propia o a sugerencia de los docentes, solicitan estos justificantes a los médicos por no haber asistido su hijo a clase o para que le repitan un examen o actividad extraescolar y debemos concienciar a todas las partes implicadas que no es ésta la responsabilidad del médico”, explica la Dra. Belén Padilla Ortega, vicepresidenta del ICOMEM.
Según la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, sobre derechos del paciente, información y documentación clínica, todo paciente o usuario tiene derecho a que se le faciliten los certificados acreditativos de su estado de salud pero no a que le justifiquen sus ausencias escolares.
“Es importante explicar a los padres, tutores legales y profesores que solicitan informes al médico para que se justifiquen ausencias escolares, que no es competencia del profesional sanitario hacerlo. Los padres son los responsables de justificar las ausencias escolares de sus hijos. Y, los docentes deben aceptar como válidos dichos justificantes”, subraya la Dra. Concha Bonet, vocal de la Comisión de Deontología.
Derecho a la intimidad
El documento elaborado hace hincapié además en que los centros educativos sólo pueden recabar datos personales de los alumnos para el desarrollo de su trabajo. Por ello, insiste en que en ningún caso los profesores pueden pedir informes clínicos: “El conocimiento de una patología, del tratamiento, de los antecedentes clínicos o familiares de un alumno son datos que no puede exigir el centro a no ser que estén debidamente justificados”.
Y añade “el derecho a la intimidad es especialmente estricto en lo referente a la salud, por lo que no se deberían solicitar informes médicos ni almacenar dicha formación sin unas medidas que garanticen su seguridad”.