Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades graves con importantes repercusiones físicas que dependen de una deficiencia biológica, hasta ahora no bien identificada, que se manifiesta en un control deficitario de los mecanismos de respuesta al estrés, de la regulación emocional y de la impulsividad, que finalmente se canalizan en ansiedad y preocupación excesiva por el peso corporal y por el aspecto físico.
A todo ello contribuyen además, la publicidad y los medios de comunicación mediante la aparición de modelos o prototipos ‘perfectos’ de hombre y mujer, bellos y muy delgados que mantienen y condicionan la sintomatología en aquellos adolescentes vulnerables y enfermos. El número de afectados por estos trastornos ha ido en aumento y se estima que afectan aproximadamente a 1 de cada 200 jóvenes de entre 12 y 14 años y aunque las mujeres jóvenes siguen siendo el colectivo más afectado, los varones, las mujeres maduras y los menores de 12 años comienzan a agregarse a la lista de víctimas de este trastorno.
Para concienciar a la sociedad de las graves consecuencias que provocan estos trastornos, la doctora Marina Díaz Marsá, responsable de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos, ha organizado un encuentro, en el que a través del testimonio de varias pacientes y de sus familiares, se han analizado temas como la desnutrición y su efecto en el cerebro y el organismo; las nuevas herramientas para tratar los TCA, como los comedores terapéuticos, los diferentes estudios de investigación que se están desarrollando en este campo y la necesidad de dar una dimensión trascendente a estas pacientes.
Unidad multidisciplinar
Esta Unidad está integrada por psiquiatras y psicólogos y dispone de consultas ambulatorias de seguimiento, hospitalización, coordinación con el Servicio de Nutrición, sesiones psicoterapéuticas individuales, terapia dialéctico-conductual grupal, psicoeducación y terapia de apoyo grupal, y psicoterapia de orientación grupal para familiares. Atiende una media de 60 pacientes nuevos de este tipo al año, realizando más de 300 revisiones en consultas ambulatorias.
También puso puesto en marcha en el año 2011, un comedor terapéutico para ‘enseñar a comer’ a los pacientes con trastornos de la alimentación, especialmente mujeres con anorexia nerviosa con déficits nutricionales importantes y a pacientes bulímicos con graves dificultades para controlar su conducta. Con este comedor terapéutico los especialistas pretenden rehabilitar los hábitos nutricionales de estos pacientes y evitar ingresos hospitalarios mediante la recuperación nutricional y ponderal de las pacientes.
Terapia especializada en el Hospital de Día
Por otra parte, esta Unidad de Trastornos de la Conductora Alimentaria cuenta con un programa de terapia especializada en el Hospital de Día, dirigido a aquellos pacientes con un perfil impulsivo o con comorbilildad que padecen trastornos de la personalidad y que pueden beneficiarse a un programa de Hospital de Día especializado, donde se les aplica terapia específica que contempla mejorar la autoestima e imagen personal de las enfermas, así como las relaciones interpersonales.
Al tiempo que se ofrecen herramientas específicas para controlar la impulsividad y las conductas de atracones y purgas características de estas enfermas. En este punto, Díaz Marsá señala que “aproximadamente el 60 % de las pacientes con trastornos de la conducta alimentaría tienen también un trastorno de personalidad añadido y sólo desde el abordaje global de ambos trastornos se logra una evolución favorable”.