El Hospital de La Princesa opera con más del 80% de éxito a epilépticos que no mejoraban con fármacos

Gacetín Madrid

El Servicio de Neurocirugía del Hospital de La Princesa opera con éxito a más del 80% de los pacientes con epilepsia refractaria, aquella que no responde a los fármacos. Este tipo de pacientes suponen en torno al 30% del total. La Princesa es, junto a La Paz, centro de referencia nacional para el tratamiento de la epilepsia refractaria. Mañana se conmemora el Día Nacional de la Epilepsia, una patología que padecen unos 400.000 españoles.




Al menos una persona de cada 200 va a sufrir una crisis epiléptica en su vida. En la mayor parte de los casos la crisis podrá ser controlada, lo que a estas personas les permite hacer una vida normal sin crisis e incluso con el tiempo pueden suprimir la medicación. En torno al 30%, sin embargo, padecerán lo que se llama una epilepsia refractaria, en la que las crisis epilépticas son tan frecuentes que limitan la vida del paciente, y el tratamiento con fármacos anticonvulsionantes no es efectivo.

Es en estos casos en los que está indicada la valoración e intervención quirúrgica en una unidad de epilepsia refractaria, como la del Hospital de La Princesa, donde se han realizado ya 1.200 intervenciones quirúrgicas de estas características con excelentes resultados.




Único centro con estimulación cerebral profunda
El Hospital de La Princesa es el único centro de España que realiza estimulación cerebral profunda para tratar la epilepsia de forma paliativa y en casos muy graves. Una de las particularidades más relevantes de estas intervenciones es que, mientras se realizan, el paciente está sometido a control neurofisiológico permanente para observar su actividad cerebral. También, gracias a los equipos de neuronavegación, se conoce el punto exacto donde se encuentra el bisturí del neurocirujano en cada momento, lo que aporta una mayor precisión y seguridad en los resultados.

Para ello dispone de un neuronavegador 3D asistido por una sofisticada tecnología que se aplica en la cirugía cerebral, incluida la de la epilepsia. La precisión y la seguridad a la hora de localizar la lesión son algunas de las principales ventajas de esta técnica, pues el neuronavegador, mediante un sistema de posicionamiento global GPS, ayuda al neurocirujano a mantenerse correctamente situado desde el punto de vista anatómico y funcional durante todo el acto quirúrgico.

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