La Comunidad de Madrid ha ahorrado a través de Metro de Madrid en los últimos tres años la energía equivalente al consumo anual de más de 110.000 hogares, como las ciudades de Alcorcón y Alcobendas juntas. Este dato es fruto del Plan de Ahorro Energético puesto en marcha por la compañía metropolitana, que incluye un total de doce actuaciones en material móvil, instalaciones y equipos de la red de explotación de Metro.
Las medidas puestas en marcha por Metro no afectan a la prestación del servicio, mientras que los resultados contribuyen a una reducción en el impacto ambiental de la compañía, ya que la energía representa cerca del 70% de sus emisiones. Así lo ha destacado el consejero delegado de Metro, Borja Carabante, en la inauguración del Foro “La movilidad en las Smart Cities. El transporte público como vehículo para la sostenibilidad”, que ha tenido lugar en la Nave de Motores de Metro.
Desde que se implantó, en 2012, Metro ha conseguido utilizar un 25% menos de energía eléctrica para el funcionamiento diario del servicio de lo que gastaba anteriormente, ahorrando más de 50 millones de euros en su factura energética. Entre las principales medidas puestas en marcha destaca la optimización del modelo de propulsión del material móvil, una nueva técnica de conducción que optimiza el consumo energético y que consigue reducir el gasto.
Tecnología led
Además, Metro de Madrid está sustituyendo la iluminación en las estaciones y en el material móvil por lámparas de tecnología led, lo que está logrando reducir a la mitad el consumo energético en iluminación, lo que equivale al consumo que realizan 110 hogares en una semana. Con esta medida se han sustituido un total de 185.000 fluorescentes, con una inversión superior a los 4,5 millones de euros.
Adicionalmente a estas medidas, y para obtener un mayor partido en la ventilación de los túneles, que constituyen el segundo sistema que más energía consume tras la tracción de los trenes, se ha establecido una nueva programación de funcionamiento del sistema de ventilación. Esta medida, que repercute positivamente sobre los viajeros al contar con una mejor ventilación y por tanto una mayor calidad del aire, supone un ahorro de casi 2 millones de euros al año.