Madrid Agrocomposta inició el pasado otoño su segunda fase. Según ha explicado el Consistorio, la segunda fase «ha contado con unos índices de participación ciudadana más altos y el aumento de los nodos de recogida, lo que demuestra la buena acogida del proyecto por parte de la ciudadanía».
De hecho, en noviembre de 2016, con la colaboración de la Asociación Unida de Productores Agroecológicos (AUPA) en esta segunda fase, se recogieron 7.346 kilos de materia orgánica con un porcentaje de impropios más bajo que en meses anteriores: un 0,1 por ciento, lo que se considera efecto positivo de los talleres de formación ambiental y social que se han impartido en los puntos de recogida.
En julio de 2016 se dio por concluida la primera fase del proyecto, promovido por el Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, con unos resultados que superaban con creces las previsiones iniciales: entre los meses de marzo y de julio se recogieron en total 17.514,05 kilos de biorresiduos (restos de comida y plantas) que fueron destinados al compostaje en huertas de proximidad, contándose para ello con la colaboración de la Red de Huertos Urbanos Comunitarios (RHUM). El porcentaje de impropios fue del 0,2 por ciento del total. Los impropios son etiquetas en las peladuras de las frutas, bolsas de plástico, bandejas de plástico, elementos, en fin, que hay que retirar antes de iniciarse las tareas de compostaje.
Los ocho nodos de recogida en esta segunda fase han aumentado a 17. Los restos proceden de 200 hogares, 2.000 comensales de comedores escolares y un colegio mayor, 12 puestos de mercados de abastos, 3 puestos de mercadillos agroecológicos, 4 grupos de autoconsumo, 3 comercios y una fábrica de cerveza artesanal.
La materia recogida se traslada a cuatro huertas agroecológicas de proximidad en los municipios de: Paracuellos del Jarama (El Chorrillo), Morata de Tajuña (El Bancal), Rivas Vaciamadrid (La Huerat de Leo) y San Martín de la Vega (Conciencia Grows).
Madrid Agrocomposta surge en el seno de la plataforma Madrid Agroecológico con el objetivo de cambiar el modelo tradicional de gestión de biorresiduos y fomentar el agrocompostaje como actividad en la que se implican ciudadanos, hortelanos, consumidores, comerciantes, asociaciones vecinales, y demás colectivos comprometidos en el cuidado del medio ambiente y en la consecución de una ciudad sostenible.
Este modelo de gestión de residuos orgánicos se realiza con éxito en otros países europeos, como Austria y Holanda. Sus beneficios son notorios: la reducción de emisiones y gases de efecto invernadero, una gestión de residuos más democrática y la reducción de costes derivados, así como el apoyo a sistemas locales más sociales y ecológicos de producción agraria.
Novedades de esta fase
En uno de los nodos de recogida del piloto, el mercadillo de productos de agroecología locales que organiza la asociación AUPA en el distrito Centro durante los fines de semana, han puesto en circulación una moneda social que propone valorizar los restos orgánicos (biorresiduos), mediante el agrocompostaje profesional. Para ello se ha lanzado la campaña ‘Tu basura vale verdura’ con un prototipo de esta ‘moneda biorresiduo’ en formato vale descuento: los participantes que donan su materia orgánica reciben a cambio 0,25€ por kilo para la comprar de frutas y verduras.
Madrid Agrocomposta ha participado en CONAMA 2016 con un estudio sobre ‘la reducción de gases de efecto invernadero de este modelo que contribuiría a la mitigación del cambio climático, así como a su adaptación al recuperar y nutrir suelos erosionados con fertilizantes naturales’.
Premio Sostenibilidad
Este proyecto piloto recibió el pasado 16 de diciembre uno de los premios a la sostenibilidad que entrega el municipio cántabro de Camargo dentro del XXI Certamen Humanidad y Medio.