El tráfico en la ciudad de Madrid ha disminuido un 18,27 % en los últimos 10 años

Gacetín Madrid





Los datos de evolución del tráfico desde el año 2005 hasta 2015, de acuerdo a los datos estadísticos municipales, registran una disminución a la baja de la intensidad del transporte privado, según se desprende de la información facilitada por la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, en la sesión extraordinaria del Pleno celebrado hoy, jueves 24 de noviembre.

El promedio de intensidad de tráfico en días laborables dentro del municipio de Madrid ha disminuido un 18,27 % en los últimos 10 años, mientras que en la M-30 ha disminuido en un 23,56 %, aunque en este último ha sufrido un incremento del 0,2 %.

Circulación en la ciudad de Madrid
Sabanés ha explicado cuales son los procesos de gestión de la circulación en la ciudad de Madrid y la interacción de los tres cuerpos implicados en la misma: Agentes de movilidad en la almendra central hasta la M-30, Policía Municipal, en todo el municipio de Madrid, y finalmente la Guardia Civil, cuyas competencias abarcan las carreteras de acceso a Madrid.

Como mecanismos de coordinación existentes, se encuentra singularmente el Centro de Gestión de la Movilidad (CGM) que cuenta con puestos adscritos al cuerpo de Policía Municipal, Madrid Calle 30 y otros agentes y, complementariamente, el Centro Integral de Seguridad y Emergencias (CISEM), con puestos adscritos al Cuerpo de Agentes de Movilidad, y el Centro de Gestión de Madrid Calle 30.

La responsable de Medio Ambiente y Movilidad ha recordado que las competencias del transporte público en la Comunidad de Madrid recaen en el Consorcio Regional de Transportes, organismo dependiente de la Comunidad de Madrid y en el que participan el Gobierno Regional, el Ministerio de Fomento y los ayuntamientos adheridos al propio Consorcio. A través de estas tres instituciones, se coordinan los servicios públicos de Cercanías Renfe, Metro, Metro Ligero, autobuses urbanos de Madrid (EMT) y urbanos de otros municipios, y finalmente los autobuses interurbanos.

En lo relativo al tráfico rodado en la ciudad, existe una Mesa de Coordinación específica en la que participan el Ayuntamiento de Madrid, junto con la EMT y Madrid Calle 30, la Dirección General de Transportes de la Comunidad de Madrid, la Dirección General de Tráfico (DGT) y el Consorcio Regional de Transportes (CRTM).

En este espacio se determinan las necesidades estratégicas y de colaboración institucional. Dentro del propio municipio, existe un grupo interno con participación de tres áreas de gobierno: Desarrollo Urbano Sostenible, Medio Ambiente y Movilidad (Agentes de Movilidad) y Salud, Seguridad y Emergencias (Policía Municipal) que, a través de reuniones mensuales, definen las estrategias conjuntas.

Los agentes implicados forman parte del Grupo Operativo para la aplicación del Protocolo de Contaminación del Aire por Dióxido de Nitrógeno, dirigido por la Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental.

«Éxito de coordinación» en el corte de la Línea 1 de Metro
Inés Sabanés ha querido destacar «como caso de buenas prácticas de gestión» de la circulación en Madrid el trabajo constituido para la gestión del impacto en la movilidad del reciente cierre de la línea 1 de metro y el Consorcio Regional de Transportes.

«El intenso trabajo desarrollado por este grupo desde junio (con los preparativos) y hasta noviembre, ha conseguido que una situación sin precedentes haya tenido una influencia limitada en la ciudadanía de Madrid, minimizando las molestias ocasionadas e informando a los usuarios a través de diversos canales.», ha explicado

El diseño de movilidad realizado por los técnicos de movilidad, en concreto en la avenida de la Albufera con el carril bus exclusivo, ha tenido según Sabanés «gran aceptación y su uso eficiente ha llevado al consistorio a implementarlo con carácter permanente».

La Empresa Municipal de Transportes y su incidencia en la movilidad
En el Pleno celebrado hoy, Sabanés ha querido hacer una reflexión sobre el transporte público urbano de superficie, gestionado por la Empresa Municipal de Transportes (EMT), destacando que «la mayor parte de la gente y en contra de lo que puede parecer, viaja en transporte público, frente a una minoría que lo hace en vehículo privado. De hecho, los datos estudiados demuestran que en los últimos dos años, el uso del transporte público crece más (7,03 %) que el uso del privado (3,20 %)».

Asimismo, se ha destacado que siendo una modalidad de transporte con 1,5 millones de usuarios diarios, solo supone el 3 % de las emisiones de NO2 procedentes del tráfico rodado. Para Sabanés «esto es posible gracias a que el 72 % de la flota ya es de bajas emisiones: diésel Euro V y superior, gas natural comprimido (GNC), de tracción eléctrica o híbrido diésel-eléctrico y GNC-Eléctrico, siendo en este último caso la primera empresa de Europa con vehículos de este tipo. De forma específica, en la Zona de Bajas Emisiones, la más afectada por la contaminación, sólo operan autobuses verdes desde hace tiempo».

Cómo último punto a destacar, se ha informado que para 2018 se habrá renovado el 50 % de la flota total con vehículos ecológicos, contribuyendo también a reducir la edad media del parque de autobuses, que actualmente está en 9,5 años tras el déficit de inversión de los últimos años.

El aire que respiramos en Madrid
Los valores límites establecidos por la Unión Europea se superan sistemáticamente en las estaciones de la red de la ciudad de Madrid: en el año 2015, más de la mitad de estaciones (54 %) superaron el valor límite anual de emisiones de dióxido de nitrógeno. En 2010 fueron el 75 % y en 2012 el 63 %. Estos tres índices reflejan la grave situación de la capital en cuanto a emisiones de este contaminante.

Desde 1993 se han publicado más de medio centenar de trabajos sobre la incidencia de diversos factores ambientales sobre la salud de los ciudadanos de Madrid y los resultados se dirigen a dos causas principales: la contaminación atmosférica química, acústica y polínica y las temperaturas extremas con olas de calor y frío.

Algunas de las consecuencias de la contaminación del aire, determinadas en estos estudios, son el aumento de muertes prematuras correlacionadas con picos de contaminación, la incidencia en el mayor número de bebés con bajo peso al nacer, mayor número de partos prematuros y el aumento de ingresos hospitalarios de niños y adultos.

El Protocolo para Episodios de Alta Contaminación
Los vehículos privados son el causante del 86 % de las emisiones de dióxidos de nitrógeno (NOX) con consecuencias para la salud de la ciudadanía madrileña como las anteriores descritas. Ante esta situación, se diseñó un primer Protocolo para episodios de contaminación por NO2 en 2013 que fue mejorado en febrero de este año. Este paquete de medidas es de carácter urgente para solucionar situaciones de extrema gravedad.

El nivel de activación del Protocolo anterior de 2013 era de 200 µgr/m3, exactamente el valor límite que no se debe superar, lo cual suponía «empezar a actuar demasiado tarde, exponiendo a la población a la contaminación e impidiendo aplicar los principios de prevención y precaución», ha criticado Sabanés. Es por ello que en el actual se ha rebajado este índice de activación de medidas hasta los 180 µgr/m3 para poder, precisamente, preveer situaciones de repercuten directamente en la salud pública y poder proteger a la población madrileña.

Actualmente se está trabajando en el nuevo contrato del Servicio de mantenimiento del sistema de vigilancia, predicción e información de la calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid (SIVPICA), dando prioridad a la metodología de predicción. Este nuevo sistema, desarrollado en colaboración con el departamento de Inteligencia Artificial de la UNED, predecirá situaciones de altas concentraciones y probabilidad de futuras superaciones de los umbrales del protocolo.

Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático
El Ayuntamiento de Madrid está elaborando un nuevo Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático, actualmente en fase de desarrollo y diálogo con sectores ciudadanos, expertos y políticos implicados, como el PSOE. Y todo ello para garantizar la protección de la salud frente a los efectos de los contaminantes atmosféricos y contribuir con medidas estructurales a la lucha contra el cambio climático, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y potenciar la resiliencia urbana frente a los efectos climáticos.

Entre sus objetivos específicos se encuentran cumplir la legislación europea y nacional en materia de calidad del aire, mantener los niveles de partículas acordes con el valor guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y cumplir los objetivos de reducción de GEI (2020– 2030).

Este Plan está siendo desarrollado en línea con el Acuerdo de París y la Agenda Climática de la UE, con el nuevo Pacto de Alcaldes para el Clima y la Energía, y con el compromiso de reducción del 50 % de las emisiones causadas por la movilidad urbana en 2030 con respecto a 2012.

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