Infarto de miocardio, enfermedad isquémica del corazón, enfermedad cerebrovascular, neumonía, asma, EPOC y diabetes son algunas de las causas de muerte provocadas por el denso tráfico madrileño.
Este es el principal resultado de un nuevo estudio del Instituto de Salud Carlos III y la Universidad Autónoma de Madrid que relaciona el exceso de ruido de las carreteras con algunas causas de muerte diaria registradas en la capital de España.
Cada día, miles de personas utilizan sus coches para desplazarse por Madrid, aumentando los niveles de contaminación atmosférica y, también, acústica. Un grupo de investigadores españoles ha vinculado el exceso de ruido del tráfico nocturno con el aumento de la mortalidad diaria a causa de algunas enfermedades cardiovasculares, respiratorias y metabólicas, como la diabetes.
El estudio, publicado en la revista Environmental Research, confirma que la densidad del tráfico por la noche tiene más incidencia en los fallecimientos diarios. La investigación del Instituto de Salud Carlos III y la Universidad Autónoma de Madrid analiza las muertes entre 2003 y 2009 a causa de infarto de miocardio, enfermedad isquémica del corazón, enfermedad cerebrovascular, neumonía, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y diabetes.
Los resultados indican que existe una relación directa para todas estas patologías, exceptuando el asma en mayores de 65 años.
Así, por cada incremento de un decibelio, la mortalidad aumentaría un 2,9% por enfermedad isquémica, por infarto de miocardio un 3,5%, un 2,4% por enfermedad cerebrovascular, un 3% para neumonía y un 4,0 % para EPOC.
Para el caso de la mortalidad por diabetes el incremento por cada decibelio producido por los coches sería de un 11%.
Efectos a corto plazo
El equipo de expertos asegura que el efecto del ruido sobre la mortalidad sería muy rápido para algunas enfermedades.
Las patologías cardiovasculares se ven incrementadas el día después a una mala noche en las carreteras y los trastornos respiratorios y la diabetes se incrementan con dos días de retraso.
“Altos niveles de ruido promueven mecanismos de estrés que pueden causar alteraciones de tipo cardiovascular, respiratorio y metabólico en personas con patologías de base a corto plazo”, explica Julio Díaz, jefe de área del departamento de Epidemiologia y Bioestadistica de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III y coordinador del estudio. “De esta forma, el ruido es el factor precipitante de una cadena de mecanismos biológicos cuyo desenlace pueda ser la muerte”.
Los autores consideran que el hecho de que la mortalidad por asma no aparezca relacionada directamente con altos niveles de sonido, refuerza la hipótesis en la que el ruido, a través de un aumento de los niveles de cortisol, debilita el sistema inmune. El asma al no ser una enfermedad infecciosa respiratoria, como la neumonía, no se ve afectada por este fenómeno.
Fuente: SINC