Los 120.000 usuarios diarios de la Línea 7 de Metro de Madrid podrán volver a recorrer la totalidad del trazado este sábado, 22 de noviembre. El servicio, que conecta Pitis con el Hospital del Henares en Coslada, recupera la plena normalidad desde las 06:00 horas, poniendo fin a un largo periodo de interrupciones que ha durado más de tres años.
La reapertura afecta al tramo final de la línea, específicamente entre las estaciones de Barrio del Puerto y Hospital del Henares. Esto reconecta las paradas de Coslada Central, La Rambla, San Fernando, Jarama y Henares, devolviendo la conectividad completa a la línea inaugurada en 2007.
Este hito pone fin a un cierre prolongado. El segmento entre San Fernando y el final de línea acumulaba 1.186 días sin servicio, desde el 24 de agosto de 2022. Por su parte, la interrupción entre Barrio del Puerto y el hospital sumaba 483 días, desde el 27 de julio de 2024.
La actuación ha supuesto una inversión total de 171,2 millones de euros. Esta cifra, sin embargo, es 41,9 millones inferior a la presupuestada en el Plan Integral de Actuaciones de San Fernando de Henares de 2022. La financiación ha sido compartida por la Consejería de Transportes (117,19 millones), el Canal de Isabel II (49,7 millones), Metro de Madrid (2,49 millones) y la Consejería de Educación (1,76 millones).
Los trabajos de ingeniería han sido de gran magnitud. La primera fase consistió en la estabilización del terreno en superficie en San Fernando, actuando a profundidades de hasta 45 metros. Se inyectaron 11.200 toneladas de mortero sobre 20.600 metros cuadrados. La mitad de esta superficie corresponde a viales, mientras que la otra mitad, 11.000 metros cuadrados, pertenece al antiguo complejo ‘El Pilar’, que se transformará en un parque urbano previsto para el primer semestre de 2026.
La segunda fase se centró en la impermeabilización y reparación del túnel de 5,5 kilómetros que discurre bajo Coslada y San Fernando. El director general de Infraestructuras de Transporte Colectivo, Miguel Núñez, destacó la complejidad de la operación, que implicó a 300 trabajadores en turnos subterráneos.
El túnel, compuesto por 3.716 anillos, requirió 26.000 perforaciones. Aunque la mayoría fueron superficiales, el foco principal de las filtraciones, un pozo de bombeo, exigió perforaciones de hasta 30 metros de profundidad. Núñez aclaró que el significativo ahorro en el presupuesto se debió a que «el túnel estaba prácticamente bien», mucho mejor de lo que contemplaban en 2022, permitiendo reducir los contratos de impermeabilización casi a la mitad. En total, sumando superficie y túnel, se inyectaron 13.000 toneladas de mortero, el equivalente a cinco piscinas olímpicas.

