Las obras simultáneas en algunos de los principales ejes de Madrid (M-30 y A-5 a su paso por Campamento) están afectando significativamente al tráfico y la seguridad. Los datos muestran tiempos de viaje más largos, una conducción más errática y un mayor impacto ambiental.
Así se desprende de un análisis realizado por Geotab basado en datos anónimos y agregados de más de un millón de trayectos de vehículos conectados, comparando el periodo comprendido entre el 1 de junio y el 15 de julio de 2025 con el mismo periodo del año anterior y con las semanas previas al inicio de las obras (del 1 al 31 de mayo). Los resultados muestran un patrón común: mayor congestión y circulación más inestable, especialmente con las obras en la M-30 y la A-5.
En el caso del Nudo de Ventas, uno de los puntos más afectados por las reformas en la M-30, los datos muestran que la duración media de los trayectos ha aumentado un 32% respecto al mismo periodo de 2024. Además, se han registrado un 41% más de paradas, un incremento del 31% en el consumo de combustible y un notable aumento en las maniobras bruscas: los frenazos crecieron un 29%. Todo ello refleja una circulación más densa, con continuas interrupciones y un flujo menos predecible.

En la zona de Campamento, afectada por las obras en el acceso de la A-5, los datos evidencian una mayor presión sobre la vía. Los acelerones crecieron un 23% respecto a 2024, mientras que los frenazos se dispararon un 79% y los giros bruscos un 36%. Esta tensión en la conducción se traduce también en un aumento del 13% en la duración media de los trayectos, con más paradas (+26%) y mayor consumo (+16%), lo que afecta directamente a la eficiencia operativa de los vehículos.
«Estos resultados subrayan el valor de los análisis basados en datos para todos los actores implicados en la movilidad de Madrid: desde los planificadores urbanos hasta los gestores de flotas y los conductores particulares», afirma Iván Lequerica, vicepresidente de EMEA en Geotab.
«Al monitorizar las tendencias de los vehículos conectados, los diferentes actores pueden anticipar mejor la congestión, explorar rutas alternativas y favorecer desplazamientos más fluidos y menos estresantes durante periodos de grandes obras. En definitiva, aprovechar los datos casi en tiempo real no solo ayuda a gestionar interrupciones a corto plazo, sino que constituye una inversión en una movilidad urbana más segura y eficiente de cara al futuro”, concluye Lequerica.

