La necesidad de ser siempre productivo, combinada con la autoexigencia, ha convertido la eficiencia en una carga que roza lo insostenible hasta el punto de volverse agotadora y, en ocasiones, una obsesión. Tal es así, que la lista de obligaciones nunca se reduce, sino que se multiplica, y parece que la productividad se convierte en un medidor de valor personal, repercutiendo en la salud mental, las relaciones personales y la motivación.
Teniendo en cuenta los indicadores sociales de la sobre productividad, Juice Plus+ ha presentado un estudio que analiza los hábitos de productividad de más de 12.000 personas procedentes de seis países: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España. El informe, ‘Concentración y productividad: Cómo gestionamos el tiempo’, da respuesta a cómo la vida moderna, las interminables listas de tareas pendientes y las constantes distracciones digitales afectan a la capacidad de concentración
Procrastinación: una tendencia creciente
Los datos recogidos en el estudio reflejan una tendencia creciente a la procrastinación o la divagación. Así, 8 de cada 10 madrileños (83%) afirman experimentar dificultades para mantener la concentración y se desconcentran una media de 9 veces al día, el mismo número que la media española.
Después de distraerse, los madrileños suelen tardar 29 minutos en volver a centrarse en la tarea, 1 minuto por debajo de la media nacional. Una cifra también menor que la de británicos (34 minutos), estadounidenses (34 minutos), alemanes (35 minutos), franceses (36 minutos) o italianos (36 minutos). Si partimos de la base de que la población madrileña pierde la concentración 9 veces al día, esto equivale a más de 4 horas y 21 minutos al día distraídos, 9 minutos menos que la media española (4,5 horas diarias).
Las distracciones diarias, el mayor obstáculo para la concentración
En una sociedad hiperconectada e inundada de distracciones, un tercio de los madrileños lucha con un estímulo incesante que compite con su capacidad de atención: el teléfono móvil. Desde los continuos pitidos de las notificaciones de WhatsApp y las redes sociales hasta el bombardeo constante de correos electrónicos que inundan las bandejas de entrada, este dispositivo es una importante fuente de distracción (33,1%), aunque lo superan la multitarea (37,9%), la falta de sueño (34,9%) y el estrés (33,8%).
Al igual que ocurre en el resto de España, el momento de menor concentración de la semana para los madrileños es el lunes en torno a las 14:00 horas, cuando las distracciones alcanzan su punto álgido para muchos.
Para Paula Sáiz de Bustamante, bióloga, farmacéutica, especialista en nutrición y colaboradora habitual en la promoción de hábitos saludables de Juice Plus+, “los datos del estudio ‘Concentración y productividad: Cómo gestionamos el tiempo’, presentado por Juice Plus+, reflejan una creciente tendencia a la distracción en la sociedad actual. A pesar de las ventajas de las nuevas tecnologías, como el móvil, éstas pueden alterar la concentración diaria y favorecer la dispersión, tanto a nivel laboral como personal. Todo esto potencia el nivel de estrés diario y las alteraciones del sueño, entre otros aspectos.”
Si bien es cierta la multitud de dificultades a la que nos enfrentamos para focalizarnos y concentrarnos, el 74% de los madrileños (tres puntos porcentuales por encima del promedio nacional) afirma que se considera capaz de realizar varias tareas a la vez. Sin embargo, casi la mitad de los madrileños (48%, 4 pp por encima de la media española) declara que a veces se siente abrumado por la cantidad de cosas que tiene que hacer y, a pesar de fijarse una media de 14 tareas personales al día, una más que el resto de los españoles, la población madrileña sólo es capaz de completar el 79% de ellas, al igual que el resto de los españoles.
¿Qué hacen los madrileños para gestionar las distracciones?
Cuando resulta complicado volver a concentrarse, la mayoría de los madrileños opta por tomarse un descanso (69%), dar un paseo (46%), picotear algo (31%) o tomar una bebida con cafeína (21%), coincidiendo con las preferencias del resto de los españoles. A su vez, casi el 45% de los madrileños -cinco puntos porcentuales por encima de la media nacional- afirma ser más productivo cuando trabaja desde casa que cuando va a la oficina, principalmente porque hay menos gente que interrumpa sus tareas (67%), el ambiente es más tranquilo (57%) y hay más posibilidades de concentrarse (46%).
Por su parte, Sáiz de Bustamante añade que “los buenos hábitos pueden ayudar a mejorar el estrés y evitar distracciones. Al respetar unos horarios de sueño, trabajo y ocio, llevar una buena alimentación, cuidar la actividad física, la meditación y la respiración, y diferenciar los espacios de desconexión diaria, el estrés puede mejorar”.
Para muchos, el teletrabajo compensa las largas distancias en las grandes ciudades y otorga un mayor tiempo libre. Con una hora más al día, más de la mitad de los madrileños (53%) afirma que pasaría más tiempo con la familia. Otros planes para aprovechar estos minutos extra pasan por leer (31%), hacer deporte (30%) y estar con los amigos (27%), coincidiendo con las opciones que primarían el resto de los españoles.
Aunque los madrileños reconocen el efecto de una vida sana en su función cerebral y el 56% -tres pp por encima de la media nacional- afirma tener más energía o claridad mental cuando descansa bien, sólo un 29% busca activamente productos o servicios diseñados específicamente para mejorar la concentración o reducir las distracciones, 1 pp por debajo de la media nacional. Solo superan en esta última cifra a madrileños y españoles, los estadounidenses (30%) y los italianos (36%), mientras que británicos (24%), franceses (25%) y alemanes (27%) se sitúan por debajo.
