Patrimonio Nacional y el Consejo General de Colegios Farmacéuticos han firmado hoy el acuerdo de colaboración que permitirá abrir de nuevo las puertas de la Real Botica del Palacio Real de Madrid, la más antigua de España, cerrada al público desde 2013. Su reapertura está prevista para el último trimestre de 2026, tras finalizar la restauración del botamen, mobiliario e instrumentos y acondicionar las salas donde se exhibirá la colección.
El convenio suscrito por ambas instituciones busca preservar y difundir el patrimonio histórico-científico asociado a la Real Botica, facilitando su acceso al público general y también a los investigadores. Comprende otras actuaciones como la promoción de la Biblioteca del Boticario conservada en las Colecciones Reales, la edición de un tríptico informativo o la inclusión en el tradicional Belén Napolitano del Palacio Real de Madrid de una pequeña botica, con mobiliario, botamen y demás finimenti, así como varias figuras que rendirán tributo al personal farmacéutico.
Esta rehabilitación “permitirá poner en valor un espacio muy interesante del Palacio Real, germen de la historia farmacéutica en nuestro país y sin duda atractivo para el público general”, afirma Ana de la Cueva, presidenta de Patrimonio Nacional. Por su parte, Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, recuerda que “el presente y el futuro de la farmacia española se cimientan en las bases de lo que fuimos”.
Un espacio sumamente importante para la historia de la Farmacia en España
La Real Botica, fundada en 1594 durante el reinado de Felipe II, supuso el origen en España de las actuales farmacias, laboratorios y también de las facultades de Farmacia. El incendio del antiguo Alcázar en 1734 destruyó sus instalaciones, lo que llevó a la construcción de una nueva farmacia inaugurada durante el reinado de Carlos IV y María Luisa de Parma. Pero no fue hasta 1887 cuando se estableció en la actual ubicación dentro del Palacio Real de Madrid.
Entre los objetos que atesora se encuentran los botámenes de la Fábrica de Cristales de La Granja y de Porcelana del Buen Retiro, botes de Talavera de los siglos XVII y XVIII, así como frascos, redomas, aparatos y diverso material de laboratorio. Además, conserva los muebles de un laboratorio del siglo XX, un despacho con biblioteca -remodelado en 1891- y una colección bibliográfica que incluye incunables y tratados de medicina, física y química.