Los madrileños son los que menos momentos de intimidad comparten con sus parejas: estas son las principales barreras

Gacetín Madrid

En cualquier relación de pareja la intimidad es la base sobre la que se construye la conexión emocional y física. Es algo que va mucho más allá del sexo: son los cuidados y pequeños gestos del día a día. El distanciamiento emocional en el dormitorio puede ser el preludio de una desconexión física y, en última instancia, de un deterioro de la relación.

Según los últimos datos del INE, en España hay más de 11 millones de parejas. Con el propósito de entender mejor la situación actual de la intimidad en las mismas y poner el foco en la importancia de cuidarla, Pikolin ha llevado a cabo el estudio sociológico “Radiografía de la intimidad de las parejas españolas”.

 La encuesta, realizada a 1.000 personas de entre 25 y 65 años que viven en pareja, revela que, para la mayoría de los madrileños (86%) el dormitorio es el epicentro para fortalecer ese vínculo no solo como un espacio físico, sino como un símbolo de refugio y unión.

“Socialmente entendemos la cama como un espacio propio para relajarnos y bajar el ritmo, lo que brinda una oportunidad para la presencia a través de una conversación, el contacto visual o el contacto físico. La falta de presencia es uno de los grandes frenos para la intimidad. La cama es el lugar del hogar que simboliza, para las parejas españolas, tanto el descanso como la diversión”, afirma la sexóloga y terapeuta especializada en parejas Sonia Encinas.

Los resultados revelan que prácticamente 9 de cada 10 de los encuestados enfrentan obstáculos para disfrutar de la intimidad en pareja: la rutina del día a día y el cansancio en general es, para el 68% de los madrileños, el mayor freno para su intimidad. Además, el 41% confiesa mirar el móvil casi siempre en la cama y el 20% ve la televisión en este lugar. Quizá por eso, el 64% de los encuestados madrileños considera que reducir estas distracciones mejoraría su relación.

“Cualquiera tiene un día en el que necesita evadirse del mundo y las pantallas forman parte de nuestro tiempo. El problema es que la escena se ha convertido en un hábito que ya está impactando en nuestra manera de relacionarnos”, comenta la sexóloga y terapeuta especializada en parejas Sonia Encinas. “La intimidad es el pegamento de los vínculos humanos. Sin un espacio para ella, no puede darse una conexión emocional con otra persona y sin ésta no es posible construir un vínculo”

Pequeños hábitos que refuerzan la conexión en pareja

El estudio de Pikolin revela que 7 de cada 10 madrileños se sienten satisfechos con su relación, siendo los que mejor la valoran de todos los encuestados. De hecho, los datos arrojan que las parejas más felices suelen integrar, con mayor frecuencia, prácticas que favorecen su vínculo emocional como irse a la cama a la vez, hablar en la cama sobre sus rutinas o compartir, en ese mismo lugar, confidencias, risas y momentos divertidos.

Sin embargo, el contacto físico, a pesar de ser importante, no siempre se prioriza: solo 3 de cada 10 encuestados se dan un abrazo con su pareja al acostarse, y únicamente el 25% de los madrileños comparte momentos de intimidad con su parejaAdemás, Madrid es la región con el menor porcentaje de parejas que planifican sus relaciones sexuales (16%).

“No podemos olvidar que la intimidad en pareja se cultiva, sobre todo, a través de gestos sencillos, pero cotidianos. Las expresiones de reconocimiento y afecto diarias son una toma de tierra en medio de la velocidad frenética a la que solemos vivir y nutren la intimidad” asegura Sonia Encinas.

Las “cajas de la intimidad de la pareja”: una metáfora de las fases en las relaciones de pareja.

El estudio no sólo busca entender los frenos de la intimidad, sino también explorar cómo cambia la misma a lo largo del tiempo en una relación. Una evolución de la que se extraen una serie de fases o «cajas de la intimidad» por las que pasan la mayoría de las parejas: pasión e intensidad, distanciamiento emocional, infidelidad, ruptura inminente, ternura y cuidado, reconexión y reencuentro.

Los datos demuestran que no está todo perdido: las parejas madrileñas se auto-perciben en buena forma. El 70% creen que su pareja está en una fase positiva (‘pasión e intensidad’, ‘ternura y cuidado’ o ‘reconexión y reencuentro’) frente al 30% que lo percibe de manera negativa (‘distanciamiento emocional’, ‘monotonía o rutina’, ‘infidelidad’ o ‘ruptura inminente’).

A medida que las personas envejecen, tienden a ser más críticas con su relación. Y además, también con el tiempo, el contacto físico en las parejas se reduce en un 12%, especialmente influenciado por la llegada de los hijos. De hecho, las parejas sin hijos tienden a sentirse más satisfechas, con una calificación de su relación de un 8,2, frente al 7,4 de las parejas con hijos. En cuanto al género, las mujeres son más exigentes, ya que solo el 65% valora positivamente su vínculo, frente al 71% de los hombres

Te puede interesar

Comentarios