Los roscones de Reyes sin gluten: el lujo de ser celiaco

Gacetín Madrid

OCU ha analizado los precios de 15 roscones rellenos de nata disponibles en supermercados y ha comparado con el precio de estos productos navideños sin gluten. El resultado no deja lugar a dudas: los roscones sin gluten son 117% más caros que los tradicionales. Mientras que los roscones con gluten tienen un precio medio de 12,61 €/kg, los sin gluten alcanzan los 27,40 €/kg. Además, la oferta para quienes tienen celiaquía sigue siendo muy limitada.

Un dato llamativo es que, entre los roscones sin gluten, los que no están rellenos de nata son aún más caros, con un precio medio de 35,42€/kg, frente a los 27,40 €/kg de los que sí llevan nata. Esto sugiere que, sorprendentemente, la nata es la parte “económica” del producto.

Por otro lado, las diferencias entre marcas son enormes. Por ejemplo, el roscón sin gluten más caro (49,92 €/kg, de Celicioso) cuesta lo mismo que seis roscones con gluten del más barato (8,32 €/kg, de Carrefour).

OCU y FACE (Federación de Asociaciones de Celiacos de España) subrayan las dificultades que enfrentan las personas con la enfermedad celiaca para acceder a un producto tan tradicional como el roscón de Reyes. Y reivindican:

  • Más opciones para todos: Es fundamental que los supermercados y fabricantes amplíen su oferta de roscones sin gluten, de manera que las personas celiacas puedan disfrutar de este dulce navideño sin limitaciones.
  • Precios más razonables: No es aceptable que los productos sin gluten cuesten más del doble que los tradicionales. Los fabricantes y distribuidores deben ajustar los precios y evitar esta discriminación económica.
  • Apoyo institucional: Las administraciones públicas deben promover medidas para facilitar el acceso a estos productos, como ayudas económicas o incentivos fiscales para las familias con necesidades especiales.

OCU y FACE creen que disfrutar de un roscón de Reyes no debería ser un lujo para las personas celiacas. Es esencial seguir trabajando para que la igualdad en el acceso a productos básicos y tradicionales sea una realidad, y las personas que padecen esta enfermedad no deban soportar precios más elevados.

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