Agentes de la Policía Nacional han detenido a dos personas que difundían bulos de amenazas de ataque con armas de fuego en un la Universidad Complutense de Madrid. Los arrestados utilizaban aplicaciones de mensajería instantánea como el WhatsApp para atemorizar a la comunidad estudiantil.
La finalidad de las amenazas era que los estudiantes se pusieran en contacto con los arrestados para facilitarles datos personales con los que posteriormente cometían ciberestafas. Más de 6.000 alumnos dejaron de asistir a clase por el temor a un posible ataque en sus centros docentes tras el bulo que difundieron los arrestados en los que enviaron fotografías de armas de fuego y munición.
Amenazaban a los estudiantes y a su familias
La investigación se inició el pasado 31 de octubre, cuando se celebraba una fiesta con numerosos grupos de estudiantes y un individuo hizo correr el bulo de que en las facultades de Filosofía y Filología se iba a cometer un ataque con armas de fuego.
La noticia se hizo viral por su difusión masiva a través de las redes sociales y otras aplicaciones de mensajería instantánea. Los detenidos aprovecharon el temor generalizado para iniciar sus actuaciones delictivas que consistían en enviar amenazas acompañadas de fotografías de armas de fuego y munición.
El pasado 5 de noviembre, cuando se iba a cometer el supuesto ataque a la universidad, más 6.000 alumnos no acudieran a sus centros docentes por el temor a que se cumplieran las amenazas. Además, llegaron a intimidar a los estudiantes que les recriminaban estos mensajes con cometer actos violentos contra ellos y sus familias.
Bulo para obtener datos personales y cometer estafas
La finalidad de las amenazas que difundieron los arrestados, según las investigaciones realizadas, era obtener datos personales de la comunidad educativa. Los arrestados, con los datos telefónicos de los estudiantes que obtenían en los “chats” y mediante ingeniería social, contactaban con ellos telefónicamente para obtener sus datos de identidad o incluso fotocopias de los documentos personales.
Una vez que obtenían los datos personas llegaban a abrir cuentas bancarias para cometer estafas y otros ilícitos penales. Las gestiones llevadas a cabo por los investigadores permitieron detectar hasta seis acciones delictivas relacionadas con la apropiación de datos personales en las que cometieron estafas. Actualmente la operación continúa abierta por lo que no se descartan nuevas detenciones.