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El niño que denunció haber sido marcado a navaja por pandilleros en Ciudad Lineal confiesa que se lo inventó

Gacetín Madrid

El niño de 11 años de edad y origen español, pero de padres peruanos, que denunció haber sido «marcado» en contra de su voluntad con dos letras en su pierna derecha con una navaja por parte de varios pandilleros de alrededor de 16 años de edad en el distrito madrileño de Ciudad Lineal, ha reconocido que se lo inventó.

Por tanto, la denuncia interpuesta por sus padres ha quedado sin efecto. Al parecer, el niño se habría inventado la historia para evitar la reprimenda de sus progenitores tras tatuarse él mismo o con sus amigos las letras, siempre de forma consentida.

El niño afirmó primeramente que pasadas las 7 de la tarde del sábado, 29 de junio, bajó de su casa a la calle para tirar la basura, aprovechando para verse con un amigo de edad similar. Sin embargo, en un momento determinado habría sido abordado por hasta cuatro jóvenes de 16 años de edad, que le obligaron a ir a una zona apartada de las viviendas. Mientras dos le sujetaban, otro le amenazaba y un cuarto le grabó con una navaja las letras ‘J’ y ‘E’ en el muslo de la pierna derecha, con heridas de un tamaño de alrededor de 3 por 3 centímetros.

Tras hacerle fotos, le soltaron y le permitieron regresar a casa. Entonces les relató lo supuestamente ocurrido a sus padres, exponiendo que los atacantes tenían acento sudamericano e iban ataviados con ropa ancha y gorras negras y grises típicas del beisbol.

Por todo ello, los padres acompañaron a su hijo al centro de salud, donde le dieron atención sanitaria y le curaron las laceraciones, a la par que emitieron el pertinente parte de lesiones. Finalmente, acudieron el pasado martes, 2 de julio, a la Comisaría de Ciudad Lineal de la Policía Nacional para interponer la denuncia, a raíz de la cual se ha abierto una investigación.

Ya durante los primeras pesquisas los agentes vieron varios aspectos extraños en el relato y en la situación: que la denuncia se hubiera llevado a cabo hasta cuatro días después, que el amigo con el que había quedado el denunciante negó haber visto nada, y que las letras no pertenecieran a ninguna banda juvenil violenta.

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