El Hospital Clínico San Carlos, pionero en tratar el dolor neuropático crónico con ultrasonidos de alta intensidad

Gacetín Madrid

El Hospital Clínico San Carlos, centro público de la Comunidad de Madrid, ha sido pionero, a través de un equipo multidisciplinar compuesto por neurólogos y radiólogos, en el tratamiento del dolor crónico neuropático mediante la aplicación de ultrasonidos de alta intensidad, una técnica única, precisa y no invasiva, que no requiere incisiones ni anestesia general, a un paciente con dolor crónico que le afectaba al nervio trigémino, muy limitante y resistente a otros tratamientos anteriores.

El paciente presentaba un dolor que le afectaba al nervio trigémino, crónico e intratable, de al menos cuatro años de duración, muy limitante y con exacerbaciones, que acudió a la unidad de cefaleas del Servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos ejercitando su derecho a una segunda opinión, ya que anteriormente había intentado más de diez líneas terapéuticas de tratamiento con resultados temporales e insuficientes. Los episodios dolorosos que padecía el paciente afectaban a las regiones de inervación del trigémino, ocular, mandibular y la zona maxilar del rostro.

Tras una sesión conjunta entre médicos de los servicios de Radiodiagnóstico y Neurología de este hospital público madrileño, se le propuso el tratamiento HIFU (High Intensity Focal Ultrasound), que se basa en la aplicación de calor por ultrasonidos de alta intensidad. Se trata de una novedosa técnica de alta precisión, guiada por resonancia magnética de 3 teslas que, “en su aplicación a los pacientes con dolor neuropático refractario, de forma muy controlada, se lleva a cabo una pequeña lesión térmica en áreas concretas de ambos tálamos, estructuras encefálicas profundas que regulan la percepción del dolor. La probabilidad de beneficio es mayor en el caso de pacientes con neuralgia del trigémino”, explica el neurorradiólogo del Hospital Clínico San Carlos, Miguel Yus.

El paciente experimentó una notable mejoría con una excelente evolución tras el procedimiento, sin presentar efectos adversos, y una reducción drástica del dolor. Es la primera vez en la sanidad pública española que se emplea esta técnica para el tratamiento de un dolor crónico neuropático, “lo que constituye una nueva aplicación terapéutica y un importante avance médico ya que, hasta la fecha, se empleaba para la reducción o eliminación del temblor esencial y asociado a la enfermedad de Parkinson”, explica el neurólogo del Hospital Clínico San Carlos, Jesús Porta Etessam.

Reeducar al cerebro para que se olvide del dolor

Sin embargo, a diferencia del tratamiento para el temblor esencial y asociado a la enfermedad de Parkinson, “con esta nueva aplicación terapéutica se busca un proceso de neuromodulación a largo plazo que conlleva una mejoría progresiva del dolor, es decir, conseguir una nueva sinapsis en el cerebro para que éste se olvide del dolor, destruyendo el aprendizaje previo al tratamiento y reaprenda nuevamente sin que haya reminiscencias del dolor anterior”, continúa Jesús Porta.

Uno de los aspectos fundamentales para el éxito de estos procedimientos es “una adecuada definición de la anatomía de los centros nerviosos para aprovechar la precisión terapéutica intrínseca a la técnica, para lo cual en la planificación del tratamiento se incluye la realización de una exploración en equipo de resonancia magnética craneal de 3 Teslas de última generación con secuencias avanzadas, aspecto importante en cuanto a la optimización de este tratamiento ablativo”, detalla el neurorradiólogo Miguel Yus.

La técnica empleada, a cargo de un equipo multidisciplinar compuesto por neurorradiólogos, neurólogos, neurocirujanos, técnicos superiores de imagen diagnóstica y profesionales de enfermería, es similar a la que se emplea en este hospital público madrileño para la eliminación del temblor esencial y del temblor asociado a la enfermedad de Parkinson, aplicando ultrasonidos de alta intensidad en un procedimiento no invasivo que no requiere incisiones ni anestesia general.

Este equipo multidisciplinar del Hospital Clínico San Carlos también fue el primero de la sanidad pública madrileña y segundo de la española, en utilizar este tratamiento, para el que se encuentra acreditado, con el que ha conseguido reducir en más de un 80% de media el temblor esencial y el temblor asociado a la enfermedad de Parkinson en más de 100 pacientes con trastornos del movimiento aplicando esta técnica.

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