La Comunidad de Madrid ha reunido hoy a 2.465 participantes en la 40ª edición de la Carrera del Agua, organizada por el Canal de Isabel II, tres jornadas antes del Día Mundial del Agua, que se conmemora cada 22 de marzo desde 1992 a propuesta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En el recorrido principal de 10 kilómetros, Alejandro Vicente ha sido el ganador en la categoría masculina con un tiempo en meta de 29:57, seguido de Pablo Bravo, que ha invertido 31:43, y de Juan Alberto Carrascal, cuyo crono ha sido de 32:58. En categoría femenina, Lidia Campo se ha alzado con el triunfo gracias a una marca de 33:18. La han acompañado en el podio Sladjana Zagorac Rodrigo (36:08) y Alejandra Sánchez Massa (36:54).
Por su parte, la distancia reducida de 5 kilómetros ha estado dominada por Rodrigo Mendoza (14:46) y Susana Sánchez-Álamo (18:26). Andrés Lara (15:28) y David González González (15:30) han completado el cajón masculino, mientras que Laura Molina (18:36) y Rebeca Brassington (19:04) han sido segunda y tercera, respectivamente, en categoría femenina.
La consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, Paloma Martín, ha dado pistoletazo de salida a la competición de 10 km, con salida junto a los depósitos de Plaza de Castilla de la capital. A la misma hora, en la calle Padre Damián se ha lanzado la prueba de 5 km. Ambos trazados, homologados por la Real Federación Española de Atletismo, han confluido en la misma meta, en el paseo Francisco de Sales, junto al Tercer Depósito.
“Esta emblemática prueba deportiva surgió hace más de 40 años como una iniciativa para resaltar la importancia de este recurso como bien escaso e imprescindible para la vida, y es una de las más valoradas por los madrileños por su carácter sostenible y medioambiental”, ha señalado Martín.
Al igual que en pasadas ediciones, se ha limitado el uso de envases de plástico y en las zonas de avituallamiento la organización ha ofrecido agua del Canal de Isabel II en vasos de cartón reciclables. Asimismo, los vehículos oficiales de la prueba, incluido el coche de cronometraje, han sido eléctricos, con el fin de reducir la huella de carbono.
Se trata de una de las pruebas populares de mayor arraigo en la ciudad. A lo largo de su historia, más de 50.000 personas han corrido en todas sus ediciones. Además, su perfil favorable contribuye a la obtención de buenas marcas, como han demostrado hoy los atletas.