A pesar de que el espectacular episodio de polvo sahariano provocado por la Borrasca Celia se va disipando poco a poco, la elevada densidad de esta calima no permite que su desaparición vaya a ser posible por si sola a corto plazo. Serán algunas lluvias que comenzarán en la tarde y noche de este miércoles, 16 de marzo, y que se extenderán de forma débil hasta el viernes las que hagan el trabajo, trayendo consigo la conocida como ‘lluvia de barro’ o ‘lluvia de sangre’.
La capital se despertó ayer martes con cielos anaranjados y una capa de polvo y barro en sus calles, por lo que desde el Ayuntamiento de Madrid se ha recomendado no hacer ejercicio al aire libre y cuidar de los más vulnerables: el nivel de calidad del aire se sitúa en la categoría de «extremadamente desfavorable» ante los altos niveles de concentración de partículas PM10, perjudiciales para la salud.
Pero todo esto tendrá su fin a partir de esta noche y hasta el viernes. Según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), al final de este miércoles comenzarán a registrarse lluvias débiles y chubascos dispersos, sobre todo en el sur de la región, que se mantendrán a primera hora del jueves, focalizados en la zona de la Sierra. Y aunque de cara a este jueves seguirá habiendo previsión de calima, será definitivamente eliminada en la jornada del viernes, cuando se registrarán más lluvias débiles y chubascos dispersos, sobre todo en la zona de la Sierra.
Estas precipitaciones traerán consigo un fenómeno poco agradable para los vecinos de Madrid, la conocida como ‘lluvia de barro’ o ‘lluvia de sangre’, por el color rojizo que puede llegar a dejar el polvo mezclado con agua al llegar a las calles, un fenómeno que no atañe peligro pero que sí resulta muy molesto y sucio.
