Veranos de la Villa, el festival organizado por el Área de Cultura, Turismo y Deporte, cerró su programación el pasado 29 de agosto con el concierto de la cantante Pastora Soler, que puso el broche de oro a una edición repleta de propuestas que disfrutaron más de 72.000 espectadores en 17 espacios de la ciudad de más de una decena de distritos.
Durante este 2021, Veranos de la Villa ha recuperado su vocación internacional con propuestas de los cinco continentes y se ha consolidado como escenario de lanzamientos y propuestas especiales con el estreno mundial de espectáculos como Bounce by Circa, de la premiada compañía australiana Circa Contemporary Circus; el cierre de gira de la coproducción internacional Broken Chord, del prestigioso coreógrafo sudafricano Gregory Maqoma; el estreno en Madrid de la zarzuela La tabernera del puerto, de la Compañía Lírica Amadeo Vives junto a la Fundación Orquesta y Coro de Madrid; el lanzamiento oficial del nuevo álbum de María Toledo o la creación ad hoc de la pieza teatral No todo son pulgas: memorias y desmemorias de un perro famoso, de la compañía madrileña Producciones Yllana.
La ilustradora Lara Lars fue la encargada de diseñar el cartel de este año, con alusiones al verano y a la arquitectura emblemática de Madrid, que llenó de color calles, pantallas y marquesinas de la ciudad. Durante dos meses y tras su inauguración por Salvador Sobral en Conde Duque, Veranos de la Villa ha ofrecido 315 actividades, entre todas las funciones, conciertos, exposiciones y conferencias de las más de 50 iniciativas culturales programadas y ha contado con la presencia de cerca de 600 artistas de compañías y propuestas tanto consagradas como emergentes.
“Este año hemos recuperado el espíritu inclusivo y diverso de Veranos de la Villa en un espacio de encuentro de todos los madrileños y sus visitantes en torno a la cultura que nos gusta y que ya es tradicional en este festival, pero también esa ventana a lo novedoso, a lo que se está haciendo aquí y allá y que alimenta y estimula a creadores y a espectadores. Un festival internacional que convierte el verano madrileño en escenario mundial”, ha subrayado Andrea Levy, delegada de Cultura, Turismo y Deporte.
Esta edición especial ha permitido la ampliación de aforos y la programación en diversos espacios como el Centro Cultural Conde Duque -uno de sus escenarios principales-, parque Juan Carlos I, Planetario de Madrid, Teatro Español, Naves del Español en Matadero, Claustro del Pozo del Instituto San Isidro, Espacio Abierto Parque Quinta de los Molinos, Centro Juvenil El Sitio de Mi Recreo, Auditorio Municipal Las Trece Rosas, Junta Municipal de Moncloa o el parque de la Bombilla. Además, más del 30 % de actividades han sido gratuitas.
Veranos de la Villa ha mantenido su apuesta por la accesibilidad con herramientas como los paseos escénicos, bucle magnético, sobretitulado, sonido amplificado y reserva de localidades para personas con limitaciones de movilidad. Un compromiso que ha permitido acercar la cultura a todas las personas, independientemente de sus necesidades de apoyo y que ha supuesto que el 99 % de las actividades contasen con medidas que favorezcan la accesibilidad.
El centro educativo más antiguo de España convertido en teatro de verano
El teatro no podía faltar a su cita con el festival de ocio y cultura del verano madrileño. Esta edición ha contado con un escenario destacado, el Claustro del Pozo del Instituto San Isidro, el centro educativo más antiguo de España, en el que el Colectivo Állatok/Escénate presentó la pieza jamás representada de Lope de Vega, El animal de Hungría, dirigida por Ernesto Arias. Otro momento clave en este escenario fue la puesta en escena del Romancero Gitano, de Federico García Lorca por la veterana actriz Nuria Espert, con la dirección de Lluís Pasqual, dos de las más grandes figuras del teatro español. También aquí se revivieron poemas y cantos de labor en lenguas muertas del mediterráneo con el folk de Marta Torrella y Helena Ros, integrantes de Tarta Relena.
En el Teatro Español, Producciones Yllana rescató la historia del perro Paco, el cánido decimonónico que deambuló por el Madrid costumbrista del siglo XIX, en la obra No todo son pulgas. Memorias y desmemorias de un perro famoso. En Naves del Español en Matadero, Lex Impuxibles arrancaron aplausos con su obra Suite TOC núm 6 en la que abordan, con sensibilidad a flor de piel, la problemática de los colectivos con trastornos mentales que padecen en silencio.
En la Fundación Juan March se representó Comedias mitológicas, de Calderón de la Barca, en una coproducción con Veranos de la Villa dirigida por Ernesto Caballero. Para completar el menú teatral, Espacio Abierto Parque Quinta de los Molinos fue el escenario del espectáculo inclusivo Alicias buscan Maravillas, una obra ideada por la directora y dramaturga Lucía Miranda.