El Ministerio de Sanidad de Japón ha anunciado la suspensión «como medida de precaución» de la administración de un total de 1,6 millones de vacunas de la marca Moderna tras haberse detectado hasta 39 viales con «materiales extraños».
Dicha partida fue fabricada en España, concretamente por la compañía farmacéutica española Rovi, con sede en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón. Según ha indicado el Ministerio de Sanidad japonés, se llevan encontrando viales con anomalías desde el 16 de agosto, localizados en ocho centros de vacunación, y el socio local de Moderna, Takeda Pharmaceutical, ha instado a las instituciones de su país a no administrar ninguna dosis de los lotes supuestamente contaminados.
Por su lado, un portavoz de la farmacéutica Moderna ha anunciado que se han retenido los lotes mientras se investiga lo ocurrido, y todo apunta a que fue producido en el centro de Rovi, socio de la marca estadounidense, que tiene en la Comunidad de Madrid. Sin embargo, han insistido en que en estos lotes no se han encontrado problemas de seguridad o de eficacia contra el virus.
«Moderna confirma haber sido notificada de casos de partículas en los viales de productos farmacéuticos de su vacuna. Hasta la fecha, no se han identificado problemas de seguridad o eficacia», ha asegurado la compañía en un comunicado. «Estamos investigando los informes y seguimos comprometidos en trabajar rápidamente con nuestro socio japonés», ha expuesto en referencia a Takeda Pharmaceutical.
La propia compañía farmacéutica española Rovi ha confirmado que la posible contaminación de dosis de la vacuna contra el coronavirus que fabrica para Moderna habría afectado solo a tres lotes destinados a Japón, concretamente a 1,63 millones de viales correspondientes a los números de lote 3004667, 3004734 y 3004956.