El concejal de Medio Ambiente del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Ignacio Benito, ha propuesto al Gobierno municipal un plan de recuperación de las ardillas en el Retiro. La población de ardillas ya se encontraba en una situación muy precaria antes del paso de la tormenta Filomena, pero a raíz de esta “prácticamente han desaparecido”, según denuncia.
Antes de la llegada de Filomena, según sus datos, “no quedaban más de ocho o diez ejemplares en el entorno de la Fuente de los Galápagos, pero después de la nevada prácticamente han desaparecido al haber sido dañados miles de pinos de donde estos animales obtenían su alimento”.
La nevada, las intensas heladas posteriores y la nefasta gestión de las consecuencias por parte del ejecutivo municipal han dañado a las ardillas de otros grandes parques como Dehesa de la Villa, Casa de Campo, Parque del Capricho, Parque Lineal del Manzanares o el Parque Dehesa Boyal en Villaverde, donde estos animales se han visto obligados a salir a las zonas habitadas a obtener comida de los cubos de basura. “Es necesario tomar medidas urgentes para proteger a estos animales que han sufrido muchísimo las consecuencias de la nevada del mes de enero”, apostilla Benito.
Reintroducidas en 1986
En el año 1986 los responsables del Parque de El Retiro introdujeron varios ejemplares de ardilla roja que se asentaron sin ningún problema y se reprodujeron hasta que en 1998 la población llegó a alcanzar los 160 ejemplares. Incluso los jardineros y guardas del parque estaban preocupados porque ese mismo año 1998 nacieron 70 ejemplares de ardilla en el parque, lo que les hizo temer la aparición de una plaga de ardillas en el Retiro ante la rápida reproducción y la falta de depredadores.
A partir de entonces, el Ayuntamiento de Madrid introdujo varias parejas de ardillas que no llegaron a multiplicarse debido al acoso de gatos, perros, urracas y otros animales, a la fumigación de los árboles y praderas con productos tóxicos y a que muchas personas se las llevaban a casa. El Ayuntamiento de Madrid llegó a ponerles un sensor para controlar su ubicación, pero todo fue en vano, porque la población de estos animales ha seguido estancada durante los últimos años.
Benito ha pedido al Gobierno municipal que tome medidas para recuperar la población de ardillas en el Retiro, introduciendo al menos 100 nuevos ejemplares (aproximadamente uno por hectárea), para que los ciudadanos madrileños puedan disfrutar de estos emblemáticos animales como lo hacen en otros grandes parques de Europa.
Las medidas propuestas por el PSOE incluyen la instalación de comederos artificiales en el Parque del Retiro y en los grandes parques de la ciudad “para garantizar su supervivencia hasta que la vegetación quede totalmente restaurada después del arboricidio provocado por Filomena, y puedan alimentarse por sus medios”, y añade el concejal: «ahora que el parque es Patrimonio Mundial según ha acordado la UNESCO, deben volver las ardillas, y no los coches».
“También pedimos que la evolución de su población de las ardillas sea controlada en todo momento por expertos”, concluye Benito, “que tomen medidas para garantizar su seguridad mediante sensores de ubicación y para establecer condiciones óptimas para su reproducción”.