Un total de 110 personas sin hogar acogidas en el Albergue San Juan de Dios de Madrid de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, van a ser vacunadas contra el COVID-19 este jueves, 27 de mayo. El coordinador de proyectos, Miguel Ángel López, explica que “la mayoría son personas mayores de 60 años con trayectorias medias o largas en el Albergue”.
Se ha organizado un circuito en el interior del centro hasta el punto de acceso a la vacunación, además de una sala de espera y una sala de descanso para que los usuarios esperen los quince minutos que indica el protocolo por las posibles reacciones adversas.
El coordinador de proyectos considera muy acertada la elección de Janssen para vacunar a las personas sin hogar porque “facilita la inmunidad en una población altamente volátil por sus circunstancias personales”, y añade que “una sola dosis permite completar la pauta de una vez, y en caso de otra vacuna con dos dosis, la segunda dosis no podría garantizarse en bastantes casos”.
Alberto, usuario del Albergue San Juan de Dios, tiene 33 años y está contento con la noticia porque “no creía que iba a ser tan pronto teniendo en cuenta toda la gente mayor que hay o en peligro por otras cosas, así que creo que llega en el momento en el que tenía que llegar”
No tiene ningún miedo a la vacuna, al contrario, nos dice “confía en los especialistas, que si han decidido ponerla es que ya está probada” y añade que “cuanto antes la tengamos mejor para todos a nivel personal, para la familia, amigos, etc.”
El Albergue San Juan de Dios
Con el inicio del Estado de alarma, el Albergue San Juan de Dios, que prestaba atención en régimen de media estancia, tuvo que adaptar sus rutinas y espacios para prestar sus servicios durante las 24 horas a las personas que quedaron confinadas en este dispositivo. Estuvo en primera línea atendiendo a 111 personas sin hogar confinadas durante la cuarentena.
Un colectivo que ha sido considerado población especialmente vulnerable ante la pandemia ya que la mayoría tiene patologías previas que pueden complicar un posible contagio. Para las personas que trabajan en este dispositivo siguió siendo una prioridad generar espacios de cuidado físico y psíquico donde las personas puedan recuperar los lazos emocionales y vincularse de nuevo con el entorno social y laboral.