El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha acompañado a la embajadora de la República de Polonia en España, Marzenna Adamczyk, en el descubrimiento de una placa en homenaje al Hogar Polaco.
En este edificio de la glorieta de Rubén Darío, entre 1936 y 1939 encontraron refugio cientos de perseguidos durante la Guerra Civil Española, con independencia de su orientación política e ideológica.
El alcalde ha agradecido el gesto de Polonia con la colocación de esta placa que recuerda una historia que “nos demuestra que, en medio del drama y de la tragedia siempre hay un motivo de esperanza y un motivo para sentirnos optimistas”, por ello el alcalde ha llamado a “tirar del mismo arrojo, de la misma humanidad, del mismo ánimo de cooperación y de solidaridad de los que tiró la legación polaca en 1936” para seguir su ejemplo y “vencer la difícil situación que tenemos en nuestras manos” con la pandemia de la COVID-19.
Desde octubre de 1936 y durante la guerra, los tres pisos situados en el número 3 de la plaza de Rubén Darío, que dependían de la Embajada de Polonia en España, sirvieron de asilo para más de 400 personas que, con independencia de su ideología, veían en peligro su vida.
Con el ingeniero polaco Esteban Tobias Hoenigsfeld al frente, el Hogar Polaco salvó las vidas del doctor Gregorio Marañón y su familia, el marqués de Suanzes, el periodista Luis Galinsoga y el militar, pionero de la aviación española, Eduardo González Gallarza, entre muchos otros, en una hazaña que el alcalde ha definido como “un milagro polaco en el Madrid de la Guerra Civil”.