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Los profesionales de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Gregorio Marañón han coordinado un estudio sobre la infección por SARS-CoV-2 y los pacientes pediátricos críticos que ha arrojado importantes hallazgos sobre la asociación entre el síndrome inflamatorio multisistémico y la COVID-19.
El artículo ha sido publicado en la revista Critical Care, una de las publicaciones más importante del área de cuidados intensivos, y ha sido promovido por la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) y financiado por el Instituto Carlos III a través de los fondos extraordinarios de investigación para la Covid-19. Junto al Marañón participan 47 UCIs pediátricas de toda España.
En este trabajo se han analizado los datos de 74 pacientes registrados entre el 1 de marzo y el 15 de junio, correspondientes, por tanto, a la primera ola de la pandemia. “En este análisis vimos como la manifestación grave más frecuente de la infección por SARS CoV-2 en niños que precisan UCIP fue el síndrome inflamatorio multisistémico que se dio en 45 pacientes, lo que supone el 61% del total”, explica Rafael González, intensivista de la UCI pediátrica del Hospital Gregorio Marañón e investigador principal junto a Amaya Bustinza, María Slöker y Jesús Lopez-Herce, jefe de este servicio.
“Esto es un hallazgo muy importante puesto que se trata de una enfermedad asociada al SARS-CoV-2 que se ha descrito solo en niños, constituyendo una expresión nueva de la enfermedad muy diferente de las manifestaciones observadas en adultos críticos (mayoritariamente cuadros de dificultad respiratoria severa)”, añade.
El síndrome inflamatorio multisistémico asociado a coronavirus se caracteriza por la aparición de un cuadro generalizado de fiebre elevada y persistente acompañado en muchas ocasiones de síntomas digestivos (dolor abdominal, sobre todo) y alteraciones cardiovasculares de diversa gravedad, pudiendo llegar a presentar shock con fallo circulatorio severo. Además, se ha descrito como este cuadro se asocia en una proporción importante de pacientes alteraciones cutáneas y oculares (en forma de conjuntivitis).
En el trabajo se describen las diferencias que existen entre los pacientes que ingresan por síndrome inflamatorio de los demás pacientes pediátricos que acuden por otros cuadros relacionados con SARS-CoV-2. Los pacientes con síndrome inflamatorio son de mayor edad, en torno a los 8 años, estando el 90% por encima de los 4 años, presentan con menor frecuencia afectación respiratoria, ya que solo el 25 % tiene síntomas catarrales previos y menos del 15% advierte dificultad respiratoria al ingreso.
Sin antecedentes médicos
Otra de las diferencias es que los pacientes con síndrome inflamatorio suelen carecer de antecedentes médicos de interés, puesto que el 80% estaban previamente sanos, mientras que los pacientes que precisaron ingreso por otros cuadros vinculados al SARS-CoV-2 presentaban enfermedades importantes previas en el 50% de los casos.
El estudio confirma lo observado en otros países en relación con la infección en niños, siendo muy reducido el número de pacientes pediátricos que precisan ingreso en unidades de cuidados intensivos en relación con la infección por SARS-CoV-2 y mostrando en general una buena evolución y baja mortalidad (en torno al 3%).
Es importante destacar que de manera específica los pacientes con síndrome inflamatorio, suelen precisar más frecuentemente medicación de soporte cardiovascular, hasta el 65% del total. Sin embargo, sólo un 15% precisan ventilación mecánica en comparación con el 40% del resto de pacientes pediátricos que ingresan por otros cuadros relacionados por SARS-COV-2 sin síndrome inflamatorio.
Bajas cifras de leucocitos
“Hay otros hallazgos llamativos, aclara Rafael González: los pacientes con síndrome inflamatorio presentan bajas cifras de linfocitos respecto a otras células del sistema inmune, existiendo, además, una producción aumentada de proteínas proinflamatorias. También se ha observado que tan sólo un 40% de los pacientes ingresados con síndrome inflamatorio presentaban PCR frente a SARS-CoV-2 positiva y ente los que presentaban negativa, un 65% tenían anticuerpos frente al virus”
Igualmente, el estudio refleja que existe un desfase temporal de unas cuatro semanas entre el pico de mayor incidencia de Covid-19 y la aparición de estos casos inflamatorios, lo que hace plantearse la hipótesis de que pueda estar causado por una reacción tardía del sistema inmunitario de los niños a una infección previa por SARS-Cov-2.
El registro continúa abierto y se están incluyendo nuevos pacientes correspondientes a los ingresos acontecidos en la segunda oleada pandémica.