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La Comunidad de Madrid apuesta por un sistema de docencia híbrido para el próximo curso universitario 2020/21, en el que se combina la presencia física del estudiante en las aulas con el trabajo a distancia ante la situación por el COVID-19. Así se recoge en el Plan Campus Seguro de la Consejería de Ciencia, Universidades e Innovación presentado por su titular, Eduardo Sicilia, en la reunión del Consejo de Gobierno celebrado hoy en la Real Casa de Correos.
El Ejecutivo regional y las 14 universidades públicas y privadas de la región llevan trabajando desde el mes de mayo en una serie de protocolos para el nuevo curso, que se activarán a partir de la semana que viene, de tal manera que la vuelta a las aulas para la comunidad universitaria se caracterizará este próximo curso por ser «híbrida, restrictiva, ordenada y segura».
El Plan Campus Seguro detalla que cuando la docencia requiera de la presencia física, las universidades tienen previstas ya diferentes medidas para evitar aglomeraciones o concentraciones de personas. El aforo en aulas y laboratorios quedará limitado a un máximo del 50% en función del espacio disponible.
La presencialidad se pedirá, principalmente, en aquellas actividades de experimentación y alto valor, al igual que especialmente para los estudiantes del primer y cuarto curso de Grado. Además, en algunos casos, los contenidos prácticos se concentrarán en el segundo cuatrimestre.
Para garantizar la seguridad, será obligatorio usar la mascarilla y guardar una distancia interpersonal mínima de 1,5 metros. También se ha previsto anular los pupitres o áreas de trabajo que deban servir de separación para los estudiantes. Algunas universidades han decidido tomar la temperatura a los alumnos antes de la entrada en las aulas, y en todas ellas habrá dispensadores de gel hidroalcohólico, así como material de protección para estudiantes, PDI, y PAS.
Además, tanto la entrada a los campus como la salida se realizarán de forma escalonada, es decir, con horarios específicos para que los alumnos no coincidan en los accesos a los campus, evitando así las concentraciones y posibles aglomeraciones.
Las universidades madrileñas han trabajado durante estos meses para extender las zonas wifi en los campus y que los alumnos puedan seguir online las clases, si se combinan con otras presenciales, desde las propias instalaciones de la universidad.
Asimismo, se ha desarrollado un protocolo que garantiza la limpieza, la desinfección y la ventilación de los espacios, de tal manera que cada hora de clase las ventanas estarán abiertas 10 minutos. Todos los espacios exteriores e interiores estarán señalizados, indicando caminos de entrada y de salida, y en todas las aulas habrá información con el número máximo de estudiantes que puedan ocuparlas. Todo esto hará de los campus madrileños unos lugares seguros en los que se garantizarán menos aglomeraciones, más seguridad y una mayor protección para toda la comunidad universitaria.
Durante este curso 2020/21, aquellos profesores que no puedan desarrollar su actividad presencial, de acuerdo con criterios médicos, realizarán su actividad a distancia. Paralelamente, se promoverán medidas dentro de los departamentos que flexibilicen la asignación de las actividades docentes, creando equipos de docencia y asignaturas compartidas, que permitan asegurar a los estudiantes la enseñanza y proteger a aquellos profesores que sean más vulnerables.
Las 14 universidades madrileñas han diseñado medidas de reacción automática y aislamiento de los espacios en los que hayan podido acudir personas que den positivo por COVID-19, así como sistemas de detección temprana con aquellos miembros de la comunidad universitaria que presenten síntomas de coronavirus.
Las universidades madrileñas con las nuevas tecnologías
Este curso 2020/21, las clases presenciales se combinarán con el uso educativo de las tecnologías. En todos los campus se efectuarán actividades formativas a distancia, tanto en tiempo real como en diferido a través de los campus virtuales o plataformas como BlackBoard Collaborate.
Para garantizar el buen funcionamiento de la docencia online, las universidades se están dotando de equipamiento que permita la total interacción entre profesores y estudiantes. Por ello, se ha garantizado que todos los docentes tengan los recursos digitales necesarios, al igual que se dotará de equipamiento informático a aquellos alumnos en situación de brecha digital. Las universidades madrileñas han adquirido nuevas licencias de software para estudiantes y profesores, junto a un refuerzo en sus sistemas de ciberseguridad y protección de datos.
Se han instalado cámaras 340 grados en las aulas, se han creado nuevos estudios de grabación para producir vídeos cortos, píldoras conceptuales, presentaciones de asignaturas e, incluso, cursos masivos online en abierto (MOOC, por sus siglas en inglés), y se pone a disposición de los docentes otras herramientas tecnológicas como tabletas digitalizadoras, que sustituyen a las pizarras clásicas, webcam o portátiles.
Todas las universidades de la región están realizando un gran esfuerzo en transformación digital, por ejemplo, instalando sistemas avanzados de captación de imagen y sonido en todas sus aulas, lo que permitirá una retransmisión de las clases de calidad, vía streaming, con pantallas de apoyo y visualización para interactuar con los estudiantes que no estén físicamente presentes.
También se ha previsto la posibilidad de volver a una docencia en remoto en tan solo 24 horas si la situación sanitaria lo exige. El objetivo del Gobierno regional y de las universidades es que el curso se desarrolle con las máximas garantías de salud pública.
Se destinarán 40 millones de euros a un Plan de Transformación Digital para las universidades públicas de la región, con el que impulsa una renovación tecnológica en los campus. Este proyecto atenderá las necesidades de la comunidad universitaria en el curso 2020/21 y logrará un salto de calidad mediante la utilización de tecnologías de la información.
Así, se priorizarán algunos aspectos como la integración de la cultura digital en las metodologías docentes de las universidades, la atención a una presencialidad adaptada, la formación de calidad y competitiva o la mejora del impacto de las investigaciones.
La Comunidad de Madrid será catalizadora del cambio a través de la asignación de fondos a las universidades públicas. De este modo, la inversión estará vinculada al compromiso de cada institución universitaria con el Plan de Transformación Digital. La administración comprobará que los fondos se dirigen a la transformación de las prácticas docentes, a la formación del personal y los estudiantes o a la efectiva transformación de los procedimientos administrativos.
Comienzo escalonado de las clases
Durante los próximos días, alrededor de 303.000 estudiantes van a volver a las aulas de las 14 universidades de la Comunidad de Madrid. A ellos se sumarán más de 16.000 profesores e investigadores y otras 11.000 personas de administración y servicios.
Los primeros en volver a las aulas serán los de la universidad Politécnica de Madrid, la Universidad Autónoma y la Universidad de Comillas, que regresarán el lunes 7 de septiembre.
Para el 14 de septiembre está previsto el comienzo de las clases en la Universidad Carlos III, la Universidad Nebrija, la Universidad Europea y la Universidad CEU-San Pablo. Al día siguiente, el 15 de septiembre, turno para la Universidad Villanueva.
El 21 de septiembre está previsto que empiecen los alumnos de la Universidad Alfonso X el Sabio y la Universidad Francisco de Vitoria.
Y para el 28 de septiembre la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad de Alcalá y la Universidad Camilo José Cela.
30.000 test serológicos a estudiantes y profesores
La Comunidad de Madrid y las 14 universidades realizarán 30.000 test serológicos a alumnos, profesores y personal de las universidades madrileñas para determinar la evolución de la pandemia, así como los factores que pueden influir en ella. Estas pruebas abren la posibilidad, además, a posibles estudios científicos de alto nivel.
En estas pruebas participarán 10.000 personas, que serán elegidas de manera aleatoria, y a los que se va a someter a test serológicos en los meses de septiembre, diciembre y marzo.
La Consejería de Sanidad proporcionará los test de digipunción, mientras que de la logística se encargará un comité de seroprevalencia que dependerá de las universidades.