- Andrea Levy ha subrayado el prestigio de este veterano premio en el panorama de la escena dramática madrileña.
- Se trata del galardón decano de todos los premios teatrales españoles.
- José Luis Busto, que debutó como actor profesional en 1994 en la compañía Teatro del Norte, es actor, director y dramaturgo.
El Premio Lope de Vega de Teatro, creado en 1932, es el decano de los premios teatrales españoles y debe su longeva y prestigiosa trayectoria al impulso del Ayuntamiento de Madrid para incentivar la creación escénica y dramática.
En esta ocasión, la obra merecedora del galardón ha sido Lo inevitable, firmada por José Luis Busto González, que se presentó bajo el pseudónimo de Loreto Varona.
Busto, nacido en Avilés hace 46 años, es actor, director y dramaturgo. Debutó como actor profesional en 1994 en la compañía Teatro del Norte. Ha recibido distintos galardones entre los que destaca el Premio Marqués de Bradomín 2002, que reconoce a autores menores de 30 años.
El premiado ha destacado “el honor, el orgullo y la alegría intensa” que le ha supuesto recibir este reconocimiento. José Luis Busto ha agradecido la “llamada mágica de Andrea Levy (delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte) porque no me lo esperaba” y ha subrayado “la importancia de los certámenes que premian obras dramáticas porque estas distinciones facilitan que los dramaturgos podamos llevar nuestras obras al escenario de un teatro”.
El jurado, compuesto por los dramaturgos Alberto Conejero y Álvaro Tato y la periodista cultural María Díaz, ha decidido otorgar por mayoría el Premio Lope de Vega a Busto González por “su afilado retrato de la zozobra de la juventud contemporánea, compuesto con audacia dramatúrgica y con un lenguaje contundente y eficaz”.
Al certamen se presentaron un centenar de obras, de las que se aceptaron 95. El premio en metálico es de 12.000 euros.
A lo largo de su dilatada historia, el Premio Lope de Vega ha recaído en autores tan reconocidos como Alejandro Casona, por La sirena varada (1933); Antonio Buero Vallejo, por Historia de una escalera (1948); Fernando Fernán Gómez, por Las bicicletas son para el verano (1977) o Narciso Ibáñez Serrador por El águila y la niebla (2000).