Tras el brote de listeriosis provocado por la carne contaminada de la marca ‘La Mechá’, la Junta de Andalucía ha declarado este viernes, 6 de septiembre, una nueva alerta sanitaria al haber encontrado una carne mechada contaminada por la bacteria Listeria monocytogenes perteneciente a productos de la marca ‘Sabores de Paterna’, en la provincia de Cádiz.
El consejero de Salud de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, ha informado de que no hay aún ningún caso detectado por esta enfermedad aunque se han encontrado claras evidencias de la presencia de esta bacteria en la carne de la marca ‘Sabores de Paterna’, una pequeña fábrica familiar localizada en el municipio de Paterna de Rivera, que ya ha sido precintada.
El lote del producto afectado en 13/08/19, con fecha de caducidad 13/11/2019, y la cantidad fabricada y comercializada es de 298 kg, de los cuales 7,1 se han distribuido a un establecimiento de la localidad madrileña de Móstoles y el resto en Andalucía.
Esta información ha sido trasmitida por el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) a los puntos de contacto de la Red de Alerta de las comunidades autónomas y se ha contactado telefónicamente con las autoridades de seguridad alimentaria de Madrid para proceder, cuanto antes, a la retirada de producto que ha sido distribuido en Madrid.
En el caso de estar embarazada, se recomienda consultar las recomendaciones de consumo durante el embarazo realizadas por la AESAN relativas a prácticas de higiene alimentaria importantes para las mujeres gestantes, así como una relación de los alimentos que se deben evitar durante el embarazo por estar asociados a determinados peligros biológicos (entre los que destaca Listeria monocytogenes).
La listeriosis es una infección debida a la bacteria Listeria monocytogenes. Una zoonosis poco frecuente en humanos, pero extremadamente grave. Tiene poca morbilidad, pero muy alta mortalidad (30%) que en el caso de grupos sensibles se eleva aún más (hasta un 70%).
La contaminación tiene lugar, generalmente, durante el consumo de alimentos que contienen la bacteria responsable de la enfermedad. Entre estos alimentos están la leche cruda, queso elaborado con esta leche, carne cruda o mal cocida, verduras crudas, embutidos, patés, quesos frescos o poco curados (camembert, brie…). La mujer puede transmitir el bacilo al feto durante el embarazo (por medio de la placenta) o en el momento del parto.
La enfermedad afecta principalmente a adultos mayores, personas con sistemas inmunológicos debilitados, mujeres embarazadas y recién nacidos. Rara vez, las personas sin estos factores de riesgo también pueden verse afectadas. Una persona con listeriosis generalmente tiene fiebre y dolores musculares, a menudo precedidos por diarrea u otros síntomas gastrointestinales.
Casi todos los que son diagnosticados con listeriosis tienen infección invasiva (lo que significa que las bacterias se propagan desde sus intestinos a su torrente sanguíneo u otros sitios del cuerpo). La enfermedad puede ocurrir hasta dos meses después de comer alimentos contaminados.
Los síntomas varían con la persona infectada
– Personas de alto riesgo distintas de las mujeres embarazadas: Los síntomas pueden incluir fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, rigidez del cuello, confusión, pérdida de equilibrio y convulsiones.
– Mujeres embarazadas: Las mujeres embarazadas suelen experimentar sólo una enfermedad leve, parecida a la gripe. Sin embargo, las infecciones durante el embarazo pueden conducir a aborto espontáneo, muerte fetal, parto prematuro o infección potencialmente mortal del recién nacido.
– Personas previamente sanas: Las personas que antes eran sanas pero estaban expuestas a una dosis muy grande de Listeria pueden desarrollar una enfermedad no invasiva (lo que significa que las bacterias no se han diseminado en su torrente sanguíneo u otros sitios del cuerpo). Los síntomas pueden incluir diarrea y fiebre.
La listeriosis se trata con la asociación de dos antibióticos durante un período de tres semanas, aunque hay que tener en cuenta el alto índice de mortalidad.
Para evitar contraer la infección durante el embarazo, hay que tomar algunas precauciones alimentarias como: evitar consumir las verduras crudas o poco cocidas, preferir los embutidos envasados a los que se venden cortados al momento, volver a cocer los alimentos conservados en el refrigerador, no consumir la envoltura o la parte exterior de los quesos de pasta blanda, hervir la leche cruda o pasteurizada antes de consumirla y no fiarse de los productos artesanales.
Por otro lado, es aconsejable lavarse las manos después de haber manipulado los alimentos crudos y limpiar y desinfectar regularmente el refrigerador.