La agencia Associated Press ha publicado este martes, 13 de agosto, los testimonios de nueve mujeres, ocho cantantes y una bailarina, en los que se acusa al tenor madrileño Plácido Domingo de acoso sexual desde los años 80 y durante 30 años.
Estas nueve mujeres, de la que solo se da el nombre de una de ellas, la mezzosoprano Patricia Wulf, acusan al tenor madrileño de un presunto comportamiento inapropiado mientras trabajaban para él o durante los procesos de selección para sus óperas y representaciones musicales.
Según indica la agencia estadounidense Associated Press, Plácido Domingo habría presionado a las mujeres, durante los inicios de sus carreras profesionales, para que tuvieran relaciones sexuales con él a cambio de obtener trabajos, e incluso habría castigado profesionalmente a quienes se hubieran negado.
Una de ellas asegura que Plácido Domingo le habría introducido la mano por debajo de la falda, mientras que otras tres de ellas han asegurdo que fueron besadas por él a la fuerza en camerinos, habitaciones de hotel, comidas de negocios, etc. Además de estas nueve mujeres, otras seis habrían confesado a la agencia americana que recibieron «propuestas incómodas» por parte del tenor.
Más de 30 personas relacionadas con el mundo de la ópera y la representación musical han contado también a la agencia que fueron testigos de este comportamiento inapropiado de Plácido Domingo y cómo «perseguía de forma impune» a mujeres jóvenes.
Respuesta oficial de Plácido Domingo
Plácido Domingo, a través de sus representantes, ha respondido a estas acusaciones exponiendo que «son profundamente preocupantes y, tal como se presentan, inexactas». Añade que «es doloroso oír que he podido molestar o hacer sentir incómodo a alguien, da igual cuánto tiempo haga de ello y a pesar de mis mejores intenciones».
«Creía que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consentidas -ha incidido-. La gente que me conoce o que ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que pueda hacer daño, ofender o avergonzar a alguien de manera intencionada”.
“Sin embargo -continúa Domingo en su relato de respuesta- reconozco que las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de cómo eran en el pasado. He sido bendecido y privilegiado de haber tenido una carrera de más de 50 años, y me ceñiré al más alto estándar».