- En el edificio donde el artista vivió y trabajó en la calle Infanta María Teresa, 20.
- El homenaje ha contado con la presencia de Mauricio Valiente, concejal del distrito, acompañado de familiares y amistades del pintor.
- Alfredo Ramón destacó por reflejar con su pintura del paisaje urbano madrileño.
- Con este acto se cumple con la proposición aprobada en sesión plenaria en el mes de marzo de este año.
Durante seis décadas el pintor Alfredo Ramón (1922 – 2015), madrileño de adopción, residió en Chamartín. este martes, 21 de mayo, el distrito ha rendido homenaje a su vecino ilustre con la colocación de una placa en la fachada del número 20 de la calle Infanta María Teresa. En ese lugar el artista vivió y tuvo su estudio y desde allí plasmó su particular visión del paisaje urbano madrileño.
“Las ciudades, los barrios, los distritos se construyen con infraestructura, con dotaciones, pero sobre todo se construyen con esas huellas que van dejando quienes las habitan, y por eso honrando a Alfredo Ramón estamos haciendo nuestra ciudad, nuestro barrio, nuestra calle mucho más bonita y mucho más habitable”, ha dicho el concejal de Chamartín, Mauricio Valiente, durante su participación en el acto.
También han asistido representantes de los grupos municipales del distrito. El homenaje ha contado con la presencia de numerosos familiares y amistades del pintor, entre ellos Linda Hament, su compañera, quien le ha definido como “un hombre muy culto, campechano, divertido, irónico y sobre todo un gran conversador”.
Pintor de la cotidianidad madrileña
El Museo Reina Sofía, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o la colección municipal de Madrid son algunos de lugares que albergan las obras de Alfredo Ramón (1922 – 2015), artista destacado por reflejar en su pintura el paisaje urbano madrileño.
Alfredo Ramón comenzó su educación artística en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Después, su periplo vital le llevó a residir en otros países como Francia o Estados Unidos. En este último ejerció de profesor en prestigiosas universidades norteamericanas y volvió durante treinta veranos a la Escuela Española de Middlebury College de Vermont, donde realizó los decorados, carteles y diseño de vestuario del Teatro Español.
En su obra reflejó el Madrid cotidiano, nostálgico y auténtico. Las calles madrileñas como la del Príncipe de Vergara, los viejos comercios y quioscos o los mercados como el de Chamartín fueron temáticas recurrentes para este artista plástico que buscó con sus obras reivindicar la belleza de lo cotidiano en nuestra ciudad.
La colocación de la placa se ha realizado en cumplimiento de la proposición plenaria aprobada en la sesión ordinaria del Pleno del distrito, celebrado el pasado 12 de marzo de 2019.