La Sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid celebra desde este lunes, 8 de octubre, en sesiones matinales que darán comienzo a partir de las 10:00 horas, la vista oral del juicio contra Enrique David H. H. y Fernando J. R..
El representante del Ministerio Público atribuye al primero de los procesados la comisión de un delito de robo con fuerza en casa habitada y un delito de robo con intimidación en casa habitada por los que solicita una pena de seis años y seis meses de prisión para él.
Fernando J. R. venía siendo acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa, sin embargo pide la libre absolución para él al concurrir –siempre según la exposición del Fiscal- la circunstancia eximente completa de responsabilidad criminal de legítima defensa prevista en al art. 20.4º del Código Penal.
Tal y como recoge el propio Fiscal en el escrito de calificación elevado a la Sala, sobre las 23:45 horas, del día 23 de agosto de 2014, Enrique David, en situación irregular en España y con antecedentes computables a efectos de reincidencia, acudió a bordo de un vehículo a las inmediaciones de un chalé situado en la madrileña localidad de Alcalá de Henares (Madrid).
Una vez en el mismo, y aprovechando que la pareja propietaria del inmueble se encontraba en ese momento de vacaciones, se encaramó hasta la segunda planta del mismo y, valiéndose de unos destornilladores, apalancó la ventana del cuarto de baño, accediendo al mismo. Ya en el interior, David se dirigió a la habitación principal y, tras una búsqueda intensa, se apoderó de varias joyas y otros objetos de valor material y personal, que se guardó en el interior de uno de los bolsillos.
Acto seguido, y con la misma intención de beneficiarse ilícitamente, el procesado fue saltando por los tejados de las viviendas contiguas hasta que llegó a un chalé donde residía Fernando J. R., de profesión, agente de la Policía Local de Alcalá de Henares.
Enrique David, trepó hasta el tejadillo del segundo piso de esta nueva vivienda, donde se encontraba la habitación de Fernando, quién se encontraba en ese mismo momento en la cama de su dormitorio. Éste, sobresaltado al escuchar un ruido en la ventana, se levantó, abrió la ventana y descubrió al asaltante agazapado en la cornisa, para no ser descubierto.
Preso del pánico, y con la intención de protegerse, Fernando cogió la pistola seimautomática de 9 mm., marca Astra, que tenía guardada en la mesilla, y para la cual tenía la pertinente licencia de uso, y abordó al ladrón al grito de: “¡Alto, Policía!”.
Al ver que, a pesar de la advertencia, David se dirigía firmemente hacia él esgrimiendo en la mano derecha un objeto punzante y brillante, y temiendo por su vida, hizo un disparo a una distancia no inferior a 1,35 cm. que impactó en la zona del epigastrio del cuerpo de Enrique David, saliendo la bala por la zona lumbar derecha.
Como consecuencia de la herida provocada por el proyectil, el asaltante sufrió importantes lesiones internas que requirieron 89 días para su completa curación, 21 de los cuales fueron de hospitalización. El Fiscal entiende, a la luz de los informes médico-forenses que, de no haberle proporcionado tratamiento médico y quirúrgico, el herido hubiera perdido la vida.
Tras recibir el disparo, Enrique David huyó de la escena de los hechos saltando por los tejados y muros de los inmuebles colindantes. Al llegar a su casa, en Madrid, Ruth, su pareja, se percató de las graves lesiones que presentaba y llamó al 112. Los efectivos de la dotación médica acudieron junto con varios miembros de la Guardia Civil, quienes se hicieron cargo de la investigación criminal. Las joyas y efectos de valor robados fueron encontrados en el interior del bolsillo izquierdo del pantalón y devueltos a sus propietarios.