Muy a su pesar, los miembros de la Asociación Vecinal PAU del Ensanche de Vallecas se han convertido en auténticas especialistas en malos olores. Pocas personas como ellas son capaces de identificarlos, clasificarlos y detectar su origen.
No en vano, llevan más de 12 años haciéndolo. Más de 12 años en los que, además de encargar dos estudios científicos olfatométricos y presentar innumerables quejas a las administraciones, no han cesado de recopilar datos sobre la contaminación odorífera del barrio gracias a la participación de la vecindad.
Por eso, cuando este verano el barrio se vio asolado por un intenso olor que identifican como “quemado-ceniza” enseguida sospecharon que podía proceder de un lugar distinto a una infraestructura que conocen muy bien, el Parque Tecnológico de Valdemingómez.
Ante las quejas vecinales, se pusieron tras la pista y tras unas semanas de investigación, el pasado fin de semana descubrieron su origen, que no es otro que una parcela de la empresa Valoriza (antigua SUFI S.A., filial de Sacyr) en la que almacena el producto resultante del secado térmico de los lodos de las depuradoras de Madrid ciudad.
Se trata de la llamada Planta La Torrecilla, un lugar ubicado en el entorno de la Cañada Real, muy próximo a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Sur y al barrio getafense de Perales del Río, en el que, a cielo abierto, Valoriza acumula lodos secos para luego venderlos como abono para agricultura.
En su sitio web, la Asociación Vecinal PAU del Ensanche de Vallecas da cuenta con detalle de los pasos que le llevaron al descubrimiento y de la implicación del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, que ha mostrado una actitud colaboradora en todo momento.
Desde diciembre de 2015 la entidad, junto a la FRAVM, mantiene un convenio con el departamento que dirige Inés Sabanés que busca eliminar o reducir al máximo la contaminación odorífera procedente de Valdemingómez. Gracias a este acuerdo, pionero en España, el Ayuntamiento de la capital está elaborando el texto de una ordenanza sobre olores y está implantando medidas correctoras que en buena medida tienen su base en los “formularios sobre detección de malos olores que los vecinos envían a la asociación”.
En 2012, la entidad logró que el Consistorio dejara de producir compost a cielo abierto en la planta de Las Lomas del parque tecnológico, lo que redujo la emisión de olores molestos.
Por eso nadie entendía el repunte de la pestilencia de este verano (que también ha afectado a otros municipios como Rivas Vacíamadrid o Getafe), y la asociación vecinal así se lo trasladó a los técnicos municipales en la última reunión de la Comisión de Seguimiento del citado convenio, que tuvo lugar en julio.
“Durante esa comisión nuestros socios apuntaron a un sitio, una planta donde antiguamente se secaban lodos y que en su día iba a albergar una central térmica que finalmente fue paralizada por la presión de vecinos y ecologistas”, relata la entidad en su web. “Advertimos que sería interesante echar un ojo en esa planta -continúa- y se acordó enviar alguna patrulla para comprobar la actividad que allí se realizaba. La visita se hizo, pero no se detectó la actividad de producción de compost y los olores que había ese día no debieron ser muy intensos o no se relacionaron con lo que veníamos sufriendo en julio y se aparcó esa posibilidad”.
En agosto la asociación vecinal estuvo cerrada por vacaciones, pero en septiembre “analizamos los olores que habían seguido muy presentes durante todo agosto, con el mismo tipo de olor”. “Después de pensarlo varias veces, llegamos a la conclusión de que solo una persona que conociese bien ese olor, es decir, cualquier vecina, podría revisar esa finca con garantías de saber si lo que se estaba haciendo allí provocaba los olores que nos habían estado apestando todo el verano, así que decidimos ir nosotras el domingo 9 por la mañana. Llegamos a la planta y no nos hizo falta que nuestros ojos vieran lo que allí se acumulaba, nuestro olfato nos confirmó que ese es el olor predominante de este verano”.
Ese mismo domingo la asociación se comunicó con el equipo del Ayuntamiento de Madrid con el que mantiene un contacto directo desde la firma del citado convenio para advertirles de lo que habían visto y uno de sus técnicos visitó el lugar a continuación. Al día siguiente, miembros de la entidad volvieron a la planta de Valoriza acompañados del concejal presidente de Puente y Villa de Vallecas, Paco Pérez, la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, el director de Valdemingómez, Miguel Ángel Baquedano y una patrulla policial.
Todos pudieron comprobar el origen de los malos olores: “el material procedente de los lodos secos de las depuradoras de Madrid que Valoriza almacena es un granulado, de color negro, que con altas temperaturas y altas concentraciones autocombustiona por procesos termoquímicos, y es cuando emite el olor que ya conocemos. La planta había estado inactiva desde 2013 pero ha retomado su actividad en febrero de este año”, informa la asociación vecinal.
Tras el descubrimiento, el Ayuntamiento de Madrid se ha puesto manos a la obra con Valoriza para poner fin, “con urgencia” a los malos olores procedentes de La Torrecilla. “Estamos muy satisfechos por el descubrimiento y valoramos de manera muy positiva la actitud del Ayuntamiento de Madrid. Ahora esperamos que el problema se resuelva pronto y sigamos avanzando para eliminar la contaminación odorífera en el barrio. Y es que Valdemingómez sigue oliendo, la solución final aún no ha llegado pero por lo menos hemos podido dar con la clave de por qué estos últimos meses ha olido como hacía décadas que no olía”, subraya la asociación.
Foto: AV PAU Ensanche de Vallecas | Texto: FRAVM.