- Ambos han coincidido en que, tras el fin de la dictadura franquista que “ensombreció todo”, Madrid, como dice el lema que el Ayuntamiento ha traído a la FIL, ha ganado la luz.
- “El libro a veces te salva de la depresión, de la soledad, a veces te ayuda a encontrarte a ti misma. No concibo la existencia sin ellos”, dijo Carmena.
- “Madrid ha sido el reflejo de la historia de España y hoy es su mejor símbolo, no por ser su capital, sino porque la ciudad se lo ha ganado”, subrayó Caño.
Dos madrileños, aunque uno de ellos, Antonio Caño, haya nacido en Jaén, se han juntado esta tarde en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para hacer un retrato de la ciudad que es la invitada de honor en esta 31 edición del mayor encuentro editorial en español de mundo.
La alcaldesa, Manuela Carmena, y el director de El País, Antonio Caño, con el periodista Juan Cruz como moderador, han trazado los perfiles que definen a una ciudad, la suya, que tiene vocación universal y que, como han coincidido ambos, “ha ganado luz” en los últimos años.
Ese lema con el que Madrid se ha presentado en la FIL refleja bien la evolución vivida por la ciudad desde el fin de la dictadura franquista y la llegada de ese “periodo extraordinario”, como lo definió Carmena, que fue la Transición. Una de las mayores dificultades que Madrid tuvo que superar en ese camino fue la identificación con el régimen.
“Madrid era el régimen. Incluso ahora, y eso me ha dolido muchísimo, –dijo la alcaldesa en alusión a la crisis política vivida en España por los acontecimientos de Cataluña- se siguen identificando las propuestas concretas de un gobierno concreto con la ciudad. Eso ha sido siempre muy negativo para Madrid”. El cambio que supuso la llegada a la Alcaldía de Enrique Tierno Galván, “el primero que fue capaz de romper con esa imagen”, provocó que Madrid “ganara por primera vez personalidad”.
El fin de la dictadura que había ensombrecido a todo el país, devolvió los colores y supuso un renacimiento de la nación y de su capital. “Madrid ha sido el reflejo de la historia de España -dijo Caño- y hoy es su mejor símbolo, no por ser su capital, sino porque la ciudad se lo ha ganado”.
Esa metáfora de la luz la llevó la alcaldesa más allá de los lindes de la eclosión cultural para alumbrar las sombras de la vida ciudadana. “Me gustaría que esa luz nos iluminara para saber lo que la ciudad sufre, lo que la ciudad necesita, para luchar con esa soledad no deseada que afecta a muchos de sus habitantes”.
La lectura, elemento imprescindible de la vida
Los libros enlazan con esa aspiración de la alcaldesa. “Son mi vida. No concibo la existencia sin ellos. El libro a veces te salva de la depresión, de la soledad, a veces te ayuda a encontrarte a ti misma. No puedo vivir sin leer”. Para Caño, el libro es sinónimo de “conocimiento en el sentido más profundo de la palabra”.
De ahí que resaltara la importancia que tiene la presencia de Madrid en esa feria para consolidar su condición de ciudad global, partiendo como parte de su humildad: “Madrid es una ciudad modesta que si ha presumido de algo es de ser una ciudad de acogida desde la perspectiva de ‘no es que nos sobre, pero estamos dispuestos a compartir’.
Y por esa razón tiene la capacidad de ser una ciudad global y ya lo está siendo”, La presencia en esta Fil será un refuerzo muy valioso.