El joven de 20 años de edad que denunció el pasado domingo haber sufrido un brutal ataque homófobo por parte de ocho encapuchados en su portal de Malasaña, en el centro de Madrid, ha confesado a la Policía Nacional que las lesiones recibidas fueron consentidas mientras mantenía relaciones sexuales masoquistas con otros dos chicos, y que ni hubo encapuchados ni recibió ningún ataque, siendo la denuncia falsa.
El chico denunció esta supuesta agresión ante la Policía Nacional a instancias de su novio, que desconocía lo ocurrido, y para así ocultarle dichas prácticas. Al parecer, y tras ejercer estas relaciones masoquistas, el joven se dio cuenta de la gravedad de las lesiones recibidas (laceración del labio y tatuaje de la palabra ‘maricón’ en un glúteo), y avisó a su novio, que acudió a la casa del primero y le curó las heridas.
El chico no quería que su novio descubriera su infidelidad, por lo que se inventó la historia de la agresión de los ocho encapuchados. Sin embargo, y a pesar de que el chico no quería ir a un centro sanitario, finalmente acudieron a instancias del novio, dándose parte a la Policía de la supuesta agresión siguiendo el protocolo establecido.
Por todo ello, y a instancias de nuevo de su novio, el joven denunció la presunta agresión ante la Policía en la comisaría Centro, situada en la calle Leganitos. A raíz de ello, una treintena de agentes de la Brigada de Información iniciaron una exhaustiva investigación, revisando las cámaras de seguridad de la zona, tanto de comercios como del Metro de Tribunal, y comenzaron a interrogar tanto a testigos presenciales como a vecinos para dar con los encapuchados.
Sin embargo, al no encontrar ni un solo rastro de los supuestos agresores, ni imágenes ni testimonios que lo corroborasen, los investigadores analizaron el teléfono móvil y las redes sociales del denunciante, encontrando que ese día había quedado para practicar sexo masoquista con otras dos personas, y volvieron a interrogar al chico, que se derrumbó y acabó confesando, alegando que «se le había ido de las manos».
Desde el Ministerio del Interior aclaran que las investigaciones policiales siguen su curso así como el procedimiento judicial abierto, siendo remitido el atestado ya cerrado a Plaza de Castilla. El chico se enfrenta ahora a los cargos de denuncia falsa, castigados con de 6 meses a 2 años de prisión.
Los hechos que denunció sobre las 5 de la tarde del domingo, 5 de septiembre, a plena luz del día en el portal del piso donde reside la supuesta víctima, en el barrio de Malasaña, en el distrito madrileño de Centro. Según había denunciado, ocho individuos con sudaderas negras y con pasamontañas le habrían asaltaron cuando regresaba a su domicilio y accedieron con él al portal.
Según relató, los agresores le cortaron el labio inferior con un cuchillo mientras le llamaban «maricón», «asqueroso» y «come-mierda». Posteriormente le agarraron, le tumbaron boca abajo en el suelo y, tras bajarle los pantalones, le marcaron la palabra «maricón» en uno de los glúteos con el cuchillo.
Además, el joven que dijo haber sido agredido había expuesto a la Policía Nacional que los agresores hicieron referencia al «anticristo» durante el ataque. Finalmente, expuso que le dejaron malherido tirado en el suelo y salieron corriendo. Por todo ello, los agentes de la Brigada Provincial de Información estaban investigando lo sucedido como un presunto delito de odio, además de otros de lesiones.