El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y el director gerente de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, Alfonso Sánchez, han visitado el Centro de Operaciones de la EMT en Carabanchel para comprobar los nuevos autobuses eléctricos que se incorporarán próximamente al servicio.
El lote de 30 nuevos autobuses 100 % eléctricos que la EMT acaba de recibir lleva la firma del fabricante chino de alta tecnología BYD. Se trata del modelo K9UB, que tiene poco más de 12 metros de longitud, 2,55 metros de anchura y 3,37 metros de altura. Dispone de dos motores eléctricos de 150 kW de potencia, uno en cada rueda trasera.
Tanto su estética exterior como interior sigue los estándares de la EMT y los vehículos cuentan con todas facilidades de accesibilidad habituales: piso bajo continuo en su interior, inclinación lateral para el adecuado acceso de los viajeros y rampa automática para los usuarios en silla de ruedas.
El pasado año, la EMT adjudicó un total de 50 autobuses eléctricos estándar en la mayor licitación eléctrica de la empresa municipal en un solo procedimiento hasta ese momento. En este lote, además de los vehículos del fabricante BYD, la EMT adjudicó otros 20 autobuses a la compañía vasca Irizar, modelo ieBUS, que llegarán a Madrid en las próximas semanas, entre los que hay seis minibuses eléctricos.
Además, este ejercicio, la EMT ha adjudicado un nuevo lote de 50 autobuses eléctricos que empezarán a integrarse en la flota para finales de este año o principios de 2022.
Con la incorporación de los vehículos que forman parte de estas dos adjudicaciones, la flota ‘cero emisiones’ de la EMT alcanzará las 179 unidades, lográndose así una electrificación del 8,6 % del total de la flota. La inversión total para la adquisición de los dos lotes de vehículos eléctricos ha sido de 55 millones de euros, 29 en la adjudicación de 2020 y 26 en la de 2021.
Estos nuevos autobuses eléctricos y las 520 unidades de GNC que también han sido adjudicadas van a situar la edad media de la flota de la EMT en torno a unos cinco años de aquí a 2023, lo que la convertirá en una de las más modernas de Europa.