- Eurocities, la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente a la que pertenecen las dos ciudades, ha firmado este martes un manifiesto conjunto.
- Exigen que los vehículos manipulados sean reparados.
- Demandan la creación de un fondo europeo para financiar la lucha contra la contaminación atmosférica de las ciudades más contaminadas.
El tráfico es una de las causas principales de la contaminación de las ciudades europeas y conlleva graves implicaciones en la salud pública y en el medio ambiente. Es por ello que numerosas ciudades europeas están tomando medidas para reducir el número de vehículos contaminantes que circulan por sus calles al tiempo que proveen de alternativas al transporte privado basadas en el fomento del transporte público y favorecen la aparición de alternativas de movilidad sostenible.
El escándalo del “dieselgate” – fraude de algunos fabricantes que habían instalado ilegalmente un software para alterar los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminantes en millones de automóviles con motor diésel – dificulta el éxito de las políticas públicas que se están llevando a cabo y pone en riesgo la salud de los ciudadanos.
Frente a esta situación, las ciudades que se agrupan en Eurocities junto a la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (Transport & Enviroment) y la European Public Health Alliance (EPHA) se han reunido hoy en Bruselas para acordar un Manifiesto conjunto.
Madrid y Barcelona, que ya están desarrollando medidas específicas para luchar contra la contaminación que han sido recogidas respectivamente en el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático de Madrid y en el Programa de Medidas contra la Contaminación Atmosférica de Barcelona, se han adherido al Manifiesto.
En él, las ciudades exigen que los fabricantes se hagan responsables de los vehículos con los que engañaron a la población y los reparen y piden que la Unión Europea tome cartas en el asunto ya que hasta el momento esta medida sólo se ha llevado a cabo en algunos países de manera obligatoria, entre los cuales no se encuentra España.
Asimismo, demandan que se cree un fondo europeo para la lucha contra la contaminación de las ciudades afectadas, en el que una parte significativa de los fondos provengan de la industria.
La delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, ha señalado que «la mejora de la calidad del aire es una prioridad para proteger a la población de las ciudades especialmente a los colectivos más vulnerables como la infancia, las personas mayores o con enfermedades crónicas y las mujeres embarazadas”.
Además, ha recordado que «sólo con la colaboración de los sectores público y privado y el trabajo conjunto de todas las administraciones se podrá llevar a cabo la transformación que las ciudades necesitan para garantizar la salud, el bienestar y el progreso de sus ciudadanos”.
Por su parte, Janet Sanz, teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona ha destacado que “la contaminación es un problema que afecta a nuestra salud. Todos debemos responsabilizarnos de nuestras acciones, también los fabricantes de vehículos diésel que han cometido un fraude que afecta directamente a la salud pública, por ello deben tomar medidas para reparar el daño realizado y compensar por los impactos asociados”.
El Manifiesto se ha acordado en la Cumbre Europea sobre el Dieésel que ha sido organizada por Eurocities, la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (Transport & Enviroment) y la European Public Health Alliance (EPHA). Eurocities es una red de ciudades formada por más de 140 ciudades de una treintena de países europeos que colabora con el Comité de las Regiones de la Unión Europea.
La Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (Transport & Enviroment) es una organización europea de organizaciones no gubernamentales que trabajan en el campo del transporte y el medio ambiente. T&E promueve el transporte sostenible en Europa, de una manera ambientalmente responsable, económicamente sólida y socialmente justa.
European Public Health Alliance (EPHA) es una asociación europea sin ánimo de lucro del ámbito de la salud pública que incluye 92 organizaciones con sede en 21 países europeos.