La Guardia Civil, en el marco de la operación DUPIN, ha detenido en Madrid a los integrantes de una red, de nacionalidad china, especializados en el cultivo de marihuana. Se les imputa los delitos contra la salud pública, contra los ciudadanos extranjeros, falsedad documental, usurpación de estado civil, defraudación de fluido eléctrico y pertenencia a grupo criminal.
Se han intervenido un total de 12.363 plantas de marihuana en distintos estado de germinación, una gran cantidad de lámparas alógenas para mantener el ambiente, además de abono y elementos para el cuidado y tratado de las plantas.
La investigación se inició tras tener conocimiento, a través de informaciones facilitadas por los ciudadanos, del alto consumo de marihuana de algunos ciudadanos chinos en la localidad de Moraleja de Enmedio. Tras contrastar la información con los agentes de Policía Local de este municipio, se puso en marcha un dispositivo para localizar y detener a las personas encargadas de la venta de la sustancia ilegal.
Fruto de las vigilancias realizadas, se logró identificar a uno de los presuntos encargados de la venta y poco después se localizó a los presuntos cabecillas, dos ciudadanos de origen chino que estaban en constante movimiento.
Asimismo, los agentes encontraron tres viviendas y tres naves industriales, donde en la fase de explotación se hallaron cinco laboratorios de marihuana donde se cultivaba, trataba y preparaba la sustancia estupefaciente para su distribución. Además de ello, fue descubierto un sexto laboratorio en la localidad madrileña de Valdilecha donde tenían previsto alojar 6.000 plantas de marihuana más y en el que según la documentación intervenida habían invertido 66.000 euros en material.
Los trabajadores eran amenazados y sometidos a maltrato físico si incumplían las órdenes
Los miembros de la red utilizaban a compatriotas chinos a los que obligaban al cuidado y vigilancia de las plantaciones. Si algo ha llamado la atención de los agentes, era la situación en la que se encontraban estos trabajadores, que habitaban en el interior de las viviendas y las naves sin poder salir de las mismas, y viviendo en pésimas condiciones. Además, los cabecillas de la red les habían retirado su documentación para evitar que huyeran del lugar, teniéndoles amenazados y sometiéndoles a maltrato físico si incumplían sus órdenes.
el transcurso de la operación, se pudo averiguar que una parte de la organización tenía fijada su residencia en Holanda, constatándose la existencia de un envío de marihuana hasta la localidad de Etten-leur. El resto de la sustancia era vendida a compatriotas chinos.
Los detenidos tenían alquiladas tres viviendas (en Griñón, Moraleja de Enmedio y Valdilecha) y tres naves industriales (1 en Guadarrama y 2 en las localidades toledanas de Illescas y Gálvez). En todas ellas estaban defraudando el fluido eléctrico, ya que habían manipulado los sistemas eléctricos para no tener que hacer frente al alto coste de las facturas.
Para evitar ser descubiertos, durante sus desplazamientos utilizaban vehículos que habían sido adquiridos a nombre de personas de nacionalidad china a quienes previamente se les había sustraído sus documentos de identidad.
Tras lograr identificar a todos los integrantes de la organización, se procedió a la detención de los mismos siendo en total seis personas, entre los que se encuentran los cabecillas del grupo, habiendo decretado la Autoridad Judicial competente su ingreso en prisión.
De las declaraciones de los trabajadores, se estima que el grupo desmantelado realizaba cinco recolecciones de marihuana al año, explotando al máximo las instalaciones que habían montado al efecto.