El PP prefiere a Podemos

Gacetín Madrid

por DAVID HERNÁNDEZ

Completado el pacto entre Podemos e Izquierda Unida, para presentarse conjuntamente a la repetición de elecciones del 26 de junio, la estrategias electorales de cada partido comienzan a esclarecerse, haciéndose evidente especialmente el juego que van a realizar tanto los populares como Pablo Iglesias.

Podemos ha abandonado definitivamente la estrategia de centralidad del tablero, rehuyendo el discurso que le ha acompañado estos primeros años. Sus paso ya son absolutamente claros, primero atraer a su entorno todas las fuerzas de izquierdas (IU, Mareas, Compromís etc.), para después dar el ansiado sorpasso al PSOE y consolidarse como el referente por ese lado en España.

El Partido Popular ha encontrado en el partido emergente, su rival perfecto para seguir manteniendo sus posibilidades en cada elección. Más allá del discurso central y coherente de los socialistas, que tienen la reputación de años de gobierno, los populares quieren tener enfrente a una formación como la morada, sabedores que una mayor polarización del electorado les favorece.

En definitiva, Pablo Iglesias e Iñigo Errejón se han dado cuenta que la única vía de supervivencia a largo plazo, es adaptarse a la dicotomía izquierda-derecha. Mientras, desde Génova han encontrado el rival perfecto en Podemos y su dialéctica radical, puesto que pueden presentar su discurso más conservador.

En la partida por la gobernabilidad, gestión y políticas progresistas, los populares de Mariano Rajoy tenían perdido el resultado, como demostró su aislamiento durante todo el proceso de investidura. Sin embargo, desde las tribunas de Podemos emergió el elemento sustancial, que permitiría al PP seguir aspirando a mantener el poder.

Por un lado, la cúpula del Partido Popular sabe que la gente de Pablo Iglesias nunca ha estado interesada en un pacto con los socialistas, ya que sus verdaderas aspiraciones son ir flanqueándolos poco a poco. Por otro lado, las posturas tan agresivas del partido morado, indirectamente favorecen que el apoyo a Rajoy no siga en caída libre, sino que incluso pueda repuntar.

Los más interesados en un PSOE y Ciudadanos debilitados, son tanto Podemos como PP. A este último le interesa practicar el discurso del miedo, cosa que no puede hacer con los otros dos candidatos. Además, al desocupar Pablo Iglesias la transversalidad y centralidad, dejando ese espacio a Albert Rivera, Génova puede volver a abanderar las posiciones de derechas sin tapujos, aferrándose a sus votantes más fieles y duros.

El equipo de campaña de Rajoy y los nuevos cuadros, quieren un contexto donde su principal competidor sea Podemos, porque saben que bajo esas premisas nunca encontraría una oposición y alternativa real.

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