por DAVID HERNÁNDEZ
Manuela Carmena se erigió desde el principio como una figura independiente, asimismo, Pablo Iglesias y demás estrategas de Podemos configuraron el proyecto de Ahora Madrid y la candidatura de la ex jueza, como el camino perfecto para disimular algunas carencias de Podemos y aspirar a volar muy alto en la capital.
Sin duda alguna, el éxito electoral de Ahora Madrid y de Carmena sorprendió a extraños y propios. De hecho, en la noche de los comicios, fue Pablo Iglesias quien salió con la líder madrileña al escenario, intento hacer suyo el triunfo cosechado en las municipales. No obstante, si el resultado hubiera sido otro, la cúpula de Podemos ya tenía la excusa perfecta para no reconocer que el error pudiera ser suyo.
Con todo ello, Pablo Iglesias y compañía también hicieron un mal cálculo, puesto que creyeron que Manuela Carmena podría ser una figura política fácilmente manejable. El líder de Podemos buscaba tener a alguien en Madrid, que fuera fiel seguidor de la línea marcada por él mismo, evitando que le surgiera un personaje díscolo, como le ha ocurrido en otras muchas ciudades y comunidades autónomas.
No obstante, la actual alcaldesa ha demostrado y sigue evidenciando, que tanto su retórica y su forma de proceder se aleja bastante de lo diseñado y querido por el poder central del partido morado. Las continuas salidas de la línea oficial marcada por Iglesias, Bescansa o Monedero, ha provocado que desde Podemos se replantee seriamente cómo adaptar el proyecto de Ahora Madrid para dentro de tres años.
En este sentido, el plan inicial de Podemos es ir adueñado progresivamente de la marca Ahora Madrid, desplazando a otras plataformas y colectivos. Asimismo, algunos líderes de Podemos desearían prescindir de Manuela Carmena, aunque esperan que sea la presión mediática quien les haga el trabajo y desgaste lo suficiente a la alcaldesa, para que rechace presentarse otra vez.
Está claro y es comúnmente conocido entre las filas del partido morado, que Pablo Iglesias ha dejado de ver con buenos ojos a Manuela Carmena. Más aún, las purgas que se están haciendo en los últimos meses dentro del mismo, donde sólo está prevaleciendo el discurso marcado por Iglesias y su personal afín, hace que los esfuerzos vayan dirigidos a buscar un nombre con el suficiente prestigio para reemplazar dentro de tres años al verso libre que tanto les incomoda.