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Soldaditos de Pavía, potaje de vigilia, bartolillos… en Semana Santa hay vida más allá de la torrija
Porque hay vida más allá de la torrija, en esta ocasión os contamos los platos más típicos de la cocina de Semana Santa. Durante la cuaresma, una de las tradiciones que han llegado hasta nuestro días, aunque no la única, es la de no comer carne para ‘reforzar la fe’, por ello junto a los dulces populares de la época, os invitamos a degustar otros platos que a buen seguro os encantarán. ¿Estáis preparados?
Como consecuencia de la prohibición religiosa de comer carne el viernes de cuaresma, el pescado se convierte en el ingrediente estrella de muchos platos durante estas fechas, y más concretamente el bacalao.
Así pues, durante estos días podrás degustar deliciosos buñuelos de bacalao, una especie de bolas fritas de pasta de bacalao desmigado que mezcladas con otros ingredientes, que varían en función de la receta, no te dejarán indiferente. Una variante son las croquetas de bacalao.
Muy característico también en estas fechas son los soldaditos de Pavía, un aperitivo auténticamente madrileño consistente en una fritura de bacalao rebozado servida con pimiento rojo. Todos estos platos se pueden servir en varias modalidades, si bien no todas son típicas de la Semana Santa, son una alternativa diferente como lo es el bacalao al ajoarriero, el bacalao al pil-pil o el bacalao en salsa Vizcaína.
El potaje de vigilia, también llamado ‘potaje de bacalao’ es otro de los platos que no te puedes perder. Una de las cazuelas más apreciadas en estas fechas, preparada con bacalao en salazón, garbanzos y espinacas.
Aunque no es original de la Comunidad de Madrid, la sopa de ajo, más conocida como ‘sopa castellana’, es otra de las alternativas que se presentan no solo en estas fechas sino cuando las temperaturas aún no son lo suficientemente altas y sigue apeteciendo tomar algo calentito que entone el cuerpo; además con este plato se puede aprovechar el pan que ha sobrado en los días anteriores.
Postres
Está claro que las verdaderas protagonistas son las torrijas. Un dulce tradicional elaborado con pan, preferentemente del día anterior, empapado en leche con canela que tras pasarlo por huevo batido se fríe y espolvorea azúcar antes de servir en su versión más tradicional, aunque también podrás encontrarlas con limón, anís, galleta o helado.
En estas fechas, podrás encontrarlas prácticamente en todas las pastelerías y cafeterías de Madrid, tanto en su formato tradicional como en varias versiones innovadoras e incluso aptas para celíacos en establecimientos especializados.
Pero además de las torrijas, esta fecha es perfecta para degustar otros dulces como los ‘bartolillos madrileños‘. Se trata de deliciosas empanadillas rellenas de crema pastelera que suelen tomarse calientes.
Otra opción son los ‘buñuelos de viento’, bolas de masa elaboradas con harina de trigo, manteca y huevos, fritas en aceite, que pueden estar rellenos de crema pastelera, chocolate, o nata.
No te pierdas tampoco los ‘pestiños‘, que, de origen árabe, son típicos en Navidad y Semana Santa, y se elaboran con harina y huevo, se fríen en aceite de oliva y por último se bañan en miel; o los ‘huevos de pascua‘ que con diferentes formas y colores, captan la atención de los más pequeños al decorar, junto a las ‘rosquillas‘ y el resto de dulces mencionados, los escaparates de los establecimientos de la capital.
Por supuesto, en algunas localidades de la Comunidad de Madrid encontrarás otros pasteles típicos. Así pues en Morata de Tajuña las panificadoras y pastelerías del pueblo elaboran los ‘pasioncitos’ con el logotipo de ‘La Pasión de Jesús’, y el domingo de resurrección es tradición ‘correr el hornazo’, en el que grupos de amigos pasan el ‘Domingo de Resurrección’ en la Vega del Tajuña, en comida de hermandad, con el postre típico de la zona, el ‘hornazo’.
Postre también típico en Chinchón. Se trata de un bollo de pan dulce con huevo en el centro decorado con anises de colores. Y de Alcalá de Henares no puedes irte sin probar los ‘penitentes de Alcalá’. Conos de barquillo, simulando los capirotes de los cofrades, cubiertos de chocolate y rellenos de crema de almendras. Una receta tradicional que cuenta ya con tres siglos de antigüedad, ¿se te ha abierto el apetito?