Artículo de opinión por Alberto Sánchez Colomo, candidato del Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE) en las Elecciones Autonómicas del 4 de mayo.
El adelanto electoral en Madrid se produce en el impasse entre la tercera y la cuarta ola del coronavirus, tiempo en el que el proceso de vacunación no alcanza la velocidad de crucero estimada por los gobiernos y en el que se ha normalizado que centenares de muertes diarias por COVID-19 es una cifra asumible.
Tras la primera ola del coronavirus y los estragos que esta provocó entre la población madrileña, especialmente dramática la situación vivida en residencias, el Gobierno Regional fue poco a poco sobreponiéndose a su nefasta gestión, sintiéndose fuerte para jugar el papel de oposición institucional a un Gobierno de España cuya gestión de la pandemia venía atravesada por los mismos intereses de clase, incompetencias y, por lo tanto, corresponsabilidad de lo sucedido en Madrid.
Su ofensiva pasó por convencernos de que por razón de urgencia ha sido necesario privatizar todo nuevo servicio originado a causa de la pandemia, firmar un pelotazo urbanístico con un sobrecoste que triplica el inicial y llamarlo hospital y afirmar que la libertad es no poder salir de tu barrio salvo para trabajar y no poder ver a tus familiares y amigos en casa, pero sí en el bar, y si es rodeado de turistas llegados de toda Europa a la ciudad sin restricciones Covid, mejor.
El paso lógico de esta ofensiva ha sido la de utilizar lo sucedido en Murcia para que el PP de Madrid se deshiciera de un socio prescindible en el momento actual, Ciudadanos, y lanzar una campaña haciendo bandera de esa falsa concepción de libertad en la que se pretende hacer pasar por tal lo que en realidad es el programa de la burguesía para salir de esta nueva crisis. Pero que nadie se lleve a engaños, que sea una jugada del PP en el terreno político, no exime en ningún caso a Ciudadanos de haber gobernado la Comunidad contra la clase obrera y el pueblo mientras han podido.
La construcción de esta campaña apelando a la libertad tiene su reverso en la oposición a un gobierno etiquetado de social-comunista, enunciando primero el socialismo o libertad, para después llegar al comunismo o libertad, ante el desembarco en Madrid de Pablo Iglesias. Por poco serio que sea el calificativo de social-comunista a un Gobierno que socializa pérdidas empresariales vía ERTE, que permite el aumento del paro en España en 720.000 trabajadores más, que regala 11.000 millones de euros a las empresas, que no ha utilizado los estados de alarma para poner todos los medios de la sanidad privada al servicio de la pública y ha mantenido la producción a toda costa a pesar del coste en vidas humanas, por poco serio que resulte el calificativo, la ofensiva ideológica de la burguesía encuentra un terreno abonado en el abandono de las promesas electorales de la vieja y nueva socialdemocracia en su acción de gobierno.
Estos planteamientos tienen cierto eco en sectores del pueblo trabajador, llegando incluso a promoverse movilizaciones en una falsa comunión de intereses entre explotados y explotadores como las impulsadas por la patronal con el lema Salvemos la hostelería. El arraigo de estos postulados, sumado a años de campañas ideológicas de fortalecimiento del nacionalismo o de rechazo a los inmigrantes, están fortaleciendo las tendencias reaccionarias y provocando un cierto envalentonamiento del fascismo en la región, que no se combate con una foto cara a cara, mientras la Delegación del Gobierno de la que has formado parte ha autorizado sus mítines y manifestaciones.
Nuestro dique de contención contra el avance reaccionario pasa por la movilización de amplios sectores de la clase obrera y el pueblo contra los gobiernos que están volviendo a hacer recaer las consecuencias de una nueva crisis sobre nosotros, desde la Moncloa o desde la Puerta del Sol. El 5 de mayo no cambiará nada en Madrid, a pesar de los grandes discursos y escenificaciones de campaña, pues solo mediante la lucha alcanzaremos un cambio real, ese futuro en libertad, sin explotación asalariada. El 4M tenemos la oportunidad de dar un paso más en el proceso de acumulación de fuerzas con el que conseguir que sean ellos los que empiezan a perder y nosotros a ganar.