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‘¿No vais a decir nada? ¿Vais a hacer caso omiso? Los universitarios a las aulas mientras los rectores se reúnen vía online’, por Carmen Esteban

by Gacetín Madrid

Artículo de opinión por Carmen Esteban Sanz, estudiante de derecho y ciencias políticas en la UC3M.

Las condiciones climatológicas han puesto en jaque a todas las administraciones y, por si fuera poco, a esto se le suma la gestión de la pandemia. Sabemos que a las universidades les ha costado adaptarse al coronavirus, al igual que a los alumnos, pero el alumnado tiene la sensación de verse abandonado y cuanto menos ninguneado. Durante estos meses la universidad española ha hecho suyo el lema de protegerse ante el virus, se han reducido los aforos pero no se ha garantizado la temperatura mínima en las aulas. Se ha impartido clase en noviembre y diciembre con puertas y ventanas abiertas, condicionando así el aprendizaje y la realización de exámenes. Sin embargo, parece haberse olvidado dicho lema a la hora de planificar el periodo de exámenes. La evaluación continua ha sido para la mayoría de sus estudiantes semipresencial e incluso únicamente online, de este modo se evitaban las aglomeraciones; mas a la hora de examinar la semipresencialidad no se plantea, serán todos los exámenes presenciales. Si comprobamos los datos de contagio de mayo del año pasado, aquellos que obligaron a las universidades a realizar exámenes online, podremos observar que son inferiores a los actuales. Si con menor incidencia del virus se realizaron de forma online, ¿por qué este año teniendo en cuenta las condiciones climatológicas no se baraja siquiera la opción?

-¿No vais a decir nada? ¿Vais a hacer caso omiso?-. Estas fueron las palabras de uno de los participantes del escrache a Joan Guàrdia, el nuevo rector de la Universidad de Barcelona, durante su toma de posesión hace apenas unos días. Los jóvenes, integrantes del movimiento Universitats de Barcelona en lluita (universidades de Barcelona en lucha), exigieron al rector electo una respuesta ante la confirmada presencialidad de los exámenes y el riesgo tan alto de contagio que supone. El acto de la toma se llevó a cabo a puerta cerrada con el fin de evitar la expansión del virus, no obstante, el rector no observa ese peligro a la hora de reunir a cien alumnos en un aula a temperaturas inhumanas. Joan no atendió a los alumnos que se manifestaron y decidió hacer caso omiso a sus reclamaciones.

-No estáis dando ningún tipo de solución, la gente está en ERTE y cerrando los negocios y vosotros reunís a cien personas a tres grados en un aula con los datos de contagios que tenemos- alegaba un estudiante durante el escrache.

Los estudiantes recriminaron al nuevo rector, quien tiene una responsabilidad institucional para con el estudiantado, que no representara sus intereses e ignorara sus demandas. Esta situación que denuncian los estudiantes de Barcelona se repite en el resto de España. Ha quedado demostrado que aquellos órganos universitarios que deben defender al alumno son meros sillones ciegos de poder, nadie asume su función, la pelota siempre está en el tejado de enfrente. Los profesores dirigen las quejas de los alumnos a coordinadores, éstos, a su vez, a decanos y rectores, y estos últimos se lavan las manos y afirman cumplir las directrices de la Comunidad autónoma. ¿El resultado? El alumnado y su situación no importan, solo es relevante que se paguen las matrículas de las que salen los sueldos de los sillones.

Las universidades solo están brindando frustración, frustración añadida al agobio ya presente en los alumnos en estas fechas de exámenes. Ya no hablamos solo del contagio en las aulas, sino de que muchos alumnos tienen que utilizar transporte público para ir a la facultad y algunos conviven con personas vulnerables o de riesgo. No podemos permitir que a la ansiedad que sufren por estas fechas se le sume tanta carga y tensión.  Los alumnos y su salud deberían ser lo primero y ha quedado demostrado que para la mayoría de universidades españolas son lo último.

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