El Ayuntamiento de Madrid, a través del Área Delegada de Vivienda, trabaja ya en una nueva ordenanza con el fin de mejorar la habitabilidad de las futuras viviendas que se construirán en la capital. El objetivo es elaborar un nuevo texto que regule las características físicas de los inmuebles de la capital, dirigido a mejorar ciertos aspectos como las condiciones higiénicas; la estructura de terrazas, balcones y azoteas; el bienestar térmico de los edificios, su iluminación y aislamiento acústico; o, por ejemplo, el diseño de los espacios comunes para adaptarlos a las necesidades del teletrabajo.

La nueva ordenanza, que estará lista a lo largo de este mandato, forma parte de los Acuerdos de la Villa, una de las 352 medidas que negociaron todos los grupos municipales con representación en el Ayuntamiento de Madrid para iniciar la reconstrucción económica y social de la capital tras la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Un acuerdo histórico para la ciudad que englobó cuatro áreas de trabajo: economía y empleo; área social y vivienda; movilidad sostenible y reordenación urbana; y cultura.

El Área Delegada de Vivienda, que dirige el concejal Álvaro González, ya está formando el equipo que trabajará en la nueva ordenanza. “Es un tema prioritario para el Ayuntamiento de Madrid. El confinamiento decretado por el estado de alarma en la crisis del coronavirus nos ha hecho replantearnos que necesitamos otro tipo de viviendas en las grandes urbes».

«Es imprescindible trabajar para mejorar la habitabilidad de nuestras casas, no solo pensando en términos de salud e higiene, sino también en términos sociales y económicos, ya que por ejemplo debemos adaptar las zonas comunes de los edificios pensando en las nuevas relaciones vecinales y en el teletrabajo”, señala González.

Bienestar térmico

Durante la preparación de los Acuerdos de la Villa el Ayuntamiento de Madrid lideró una serie de ponencias en las que expertos en los ámbitos de la vivienda, la rehabilitación y la regeneración aportaron sus conocimientos y experiencias a los representantes políticos para buscar respuestas a los problemas que han surgido durante la crisis sanitaria.

Por ello, el diseño de las viviendas y si este es óptimo para largos periodos de confinamiento, o el bienestar térmico de los hogares, fue algunos de los temas tratados en las ponencias. Así, respecto al bienestar térmico de los hogares analizados durante el periodo de confinamiento, las conclusiones de las ponencias mostraron que el 33% de los encuestados cambiaría la temperatura de su casa, ya que un 26% afirmaba pasar frío y un 18%, más calor de lo normal.

“Todas estas realidades deben ser abordadas en la nueva ordenanza, que debe encontrar respuesta a cuestiones tan dispares como la calidad del aire interior de las viviendas, el tamaño de las mismas y la flexibilidad de las habitaciones, el aislamiento acústico pensando en la coincidencia de diferentes actividades en las viviendas, como el teletrabajo, o el diseño de las zonas de almacenamiento en las áreas comunes de los edificios”, concluye Álvaro González.