por Daniel García-Quismondo.
18 de Enero de 2018, glorieta Juan de Austria, Sevilla. Dos policías locales se encuentran vigilando el tráfico de la zona con sus motos. Con alguna nube en el cielo y 15 grados en el termómetro, parece un día tranquilo.
De pronto, reciben una llamada de aviso. Un menor se encuentra convulsionando en la parada de metro del Prado de San Sebastián.
Sin dudarlo, se encaminan hasta el lugar. El andén no está ni mucho menos cerca de la calle. Al menos 40 metros de profundidad lo separan de la superficie. Al llegar los agentes comprueban la gravedad de la situación. El niño, de unos dos años y medio, convulsiona por alta fiebre en el suelo del andén, mientras la madre, arrodillada intenta socorrerle. El padre, muy nervioso, pide ayuda.
El agente más joven intenta sacar la lengua del niño, colocándole en la posición de seguridad. El otro agente, sube para facilitar la entrada de los sanitarios.
El niño se está ahogando y no responde. La situación es desesperante ante la mirada de los usuarios del metro y la de los propios padres que miran impotentes como su hijo se está ahogando.
El agente, también padre de un niño, no se lo piensa dos veces y sube corriendo las innumerables escaleras que llevan hasta la calle. Sin parar, sin aliento. Casi asfixiado, con la brusquedad de la subida, el niño comienza a mostrar síntomas de respuesta. Los sanitarios ya han llegado y estabilizan al pequeño, que pasa la noche en el hospital. El niño se ha salvado.
Hace unos días, otro de nuestros héroes sin capa, salvó la vida de un hombre de 56 años que entró en parada cardiorrespiratoria en Tetuán.
Es posible que no hayan leído ninguna de estas noticias.
Hay muchos ejemplos de actos loables de nuestros policías. Gente extraordinaria dentro de su normalidad, que velan por nuestra seguridad cada día. No hay más que “googlear”, “salva la vida” o “actuación policial” y te das cuenta como, en el día a día, en nuestro país, existen centenares de héroes que no son reconocidos. Digo más, en cuanto puede salir alguna oportunidad para criticar a un policía, esto es más noticia que cualquier noticia con final feliz.
Nuestros héroes necesitan el reconocimiento que merecen mediante salarios justos y acordes con su labor. Necesitan las condiciones necesarias y los recursos para poder realizar su trabajo de una manera responsable. Estamos hablando de una brecha salarial entre diferentes cuerpos de seguridad que se arregla, para empezar, con poner 500 millones de euros para los presupuestos de 2018, algo que lleva meses denunciando Ciudadanos en el Congreso. Son muchas las promesas de los anteriores gobiernos para pedir algo muy simple. Que un policía cobre lo mismo que otro sea del lugar que sea.
Existen asociaciones y sindicatos policiales que luchan por sus derechos desde hace tiempo y la mayoría de los políticos han girado la cabeza hacia otro lado. Son profesionales que se juegan la vida cada día. Están sometidos a una alta presión. Es un hecho que existe una alta tasa de suicidios en nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad. Con el debate de la equiparación salarial encima de la mesa, es frustrante como se está obviando este hecho. Debemos asegurarnos que haya mecanismos adecuados para apoyar a nuestros profesionales de la seguridad de todos.
Y un deseo: Que haya muchos más niños y niñas que quieran ser polis antes que cacos. Que nunca nos olvidemos que merecen nuestra admiración y respeto.