por AIDA DOS SANTOS
Siguiendo la estrategia de leer aquello que más pereza me de he tardado toda una semana en leer las 200 páginas de esta novela “con un narrador poco fiable” del reto #popsugarreadingchallenge 🌟.
De la novela policíaca se dice que debemos leerla dos veces, la primera para descubrir al asesino, y la segunda para descubrir los detalles.
Tenía una deuda con esta escritora, era la que mi abuela leía mientras a mí me dejaba a Gloria Fuertes, y la tuve tan en casa que nuncae decidí a leerla.
En 200 páginas es capaz de analizar y descubrir los paisajes y personajes, así como de crear diálogos profundos.Son muchos personajes a interrogar, muchos sospechosos y muchas víctimas, con nombres impronunciables y profesiones dispares.
Pero sin duda, estos son los complementos de la obra que hizo de Christie una escritora famosa.
📖“Compréndanme bien: quiero llegar a la verdad. Ésta, por fea que sea, es siempre curiosa y resulta hermosa para el que la busca con afán.”
Nota: ❤❤❤♥♥
📖 El asesinato de Roger Ackcroyd”
Mrs. Ferrari ha muerto víctima de una sobredosis de somníferos. Hace un año, su marido murió al parecer de una gastritis aguda. Caroline Sheppard, la hermana del médico del pueblo, sospecha que fue envenenado. Poco después, Roger Ackroyd, el terrateniente de la villa, aparece muerto con una daga tunecina clavada en la espalda.¿Estarán las tres muertes relacionadas? ¿Tendrá Caroline razones para sospechar? Afortunadamente al pueblo ha llegado un nuevo vecino, un hombre bajito de grandes bigotes, que se ha retirado a descansar y a cultivar calabacines.
📖 Agatha Christie
Torquay, (1891-1976). Agatha Christie, novelista y dramaturga, ha sido considerada como una de las grandes escritoras del género detectivesco. La estructura de sus tramas, basada en la tradición del enigma por descubrir, es siempre similar, y su desarrollo está en función de la observación psicológica. Con el seudónimo de Mary Westmacott creó varias novelas de corte más psicológico. Agatha Christie fue también una autora teatral de éxito, con obras como La ratonera o Testigo de cargo. La primera, estrenada en 1952, se representó en Londres ininterrumpidamente durante más de veinticinco años, y la segunda fue llevada al cine en 1957 en una magnífica versión dirigida por Billy Wilder.