por DAVID HERNÁNDEZ
Este domingo el popular distrito madrileño de Carabanchel, iba a vivir uno de los derbis más antiguos de la Comunidad, el histórico duelo entre el Real Club Deportivo Carabanchel, que cumple este año su centenario, y el Club Deportivo Puerta Bonita, a punto de llegar a los 75 años de existencia.
El estadio Antiguo Canódromo, en la vía Carpetana, debería presenciar otra apasionada jornada de fútbol entre los dos emblemáticos equipos del distrito. Sin embargo, en la noche del lunes, el diario gol de madriz confirmaba la triste noticia que llevaba semanas sonando en las oficinas de la federación madrileña, el Puerta Bonita no podía liquidar la deuda contraída con el jugador Roberto Peragón, provocando que sus derechos federativos quedaran bloqueados. Ante la imposibilidad de presentarse el primer equipo ante el Carabanchel en el próximo partido, por primera vez en su historia, quedará excluido de la competición.
El actual presidente Manuel Campa, se acercó este lunes por la tarde al entrenamiento del equipo senior, para comunicar a los jugadores y cuerpo técnico, que la temporada para ellos, sin haber acabado el mes de septiembre, terminaba. Está por ver qué ocurre con la sección femenina del club y con los equipos de categorías inferiores, ya que el Puerta Bonita cuenta con una de las canteras más numerosas de la ciudad.
El humilde club ha llegado a ser todo un emblema del distrito, siendo su anterior campo “El Hogar”, uno de los puntos más reconocidos de Carabanchel. Apenas hace dos temporadas había consagrado su mayor éxito, alcanzado la categoría de 2B, pero el esfuerzo económico que supuso ese logro, debilitó enormemente los recursos de la entidad, que tampoco ha podido atraer nuevos patrocinadores.
En la época en el que el fútbol se ha convertido en el deporte rey, más globalizado y mediático, cuando los futbolistas de élite se erigen en auténticas estrellas, acostumbrándonos a oír hablar de las cuantiosas cifras que mueve el fútbol de alta competición, la desaparición del Puerta Bonita vuelve a recordarnos por las dificultades por las que pasan numerosos equipos de barrio, que por falta de recursos, instalaciones o apoyo institucional van desapareciendo.
El deporte base, aquel en el que van creciendo los niños y niñas después del colegio, aquel que no entiende de grandes infraestructuras y de marcas publicitarias, aquel en el que aún perdura cada fin de semana la ingenuidad más bonita de la competición, va languideciendo entre calles y campos de barrio que pierden poco a poco su vida comunitaria.
El Puerta Bonita se despide de sus aficionados, vecinos y contrincantes madrileños, esperando que esto sólo sea un pequeño incidente en su largo historial, y en septiembre de 2017 poder volver a presentar contra los mejores equipos de la Comunidad de Madrid.
