Ante todo, demócratas

por YSABEL SANZ OROZCO

«Pertenezco por convicción y talante a un grupo de ciudadanos que desea hablar con un lenguaje moderado, de concordia y conciliación”

                             Adolfo Suárez González.

Ésta mañana me disponía a tomar el bendito café de las nueve, cuando una noticia sobresalía a las demás; un busto de Adolfo Suárez había sido, pintarrajeado, ultrajado y  dañado en Jaén.

Desgraciadamente esto no se queda en una acción del vandalismo más banal visto, desgraciadamente, una vez  más se pone en evidencia la falta de cultura general que este país demuestra y desgraciadamente, se vuelve a constatar el poco aprecio – o mejor dicho, el gran desprecio- que se tiene, ya no sólo a una figura tan importante como el primer Presidente de nuestra democracia más reciente, sino todo lo que él representa.

No suelo pecar de tortuosa, pero en este caso, no me haré la ingenua y, tampoco miraré para otro lado. Pertenezco a una generación en la que el alzhéimer y el conformismo histórico está al orden del día y por suerte o por desgracia, esta vaga costumbre incita a los populismos más radicales a manchar parte de nuestra historia. Quieren hacernos ver que Carrillo fue un traidor a los ideales comunistas, que Fraga, no fue más que el fundador de un partido político que sucedería el legado franquista y que Peces-Barba, entre otros, no fue más que un político del PSOE “que se había olvidado” de la dura persecución que el Caudillo ejercía severamente a los que pedían Libertad.

Pero ya empiezo a estar algo cansada, de tanto profesor intelectual, que su único fin es ensalzar valores Chavistas, dictatoriales y con una doble moral – que si os sois sincera, me sacan de quicio-  con la tarea de desprestigiar la dedicación que no sólo pusieron siete hombres, si no toda esa España rota, que un día decidió dejar las diferencias a un lado y reconstruir una España de superación, una España unida, fuerte, de consenso y diálogo.

Dejemos al lado las diferencias políticas, nosotros, los jóvenes, tenemos el deber de seguir con la tarea que hace ya unos cuantos años, se puso en marcha, son momentos de entendimiento y de demostrar que nuestro País, que su gente, su historia y la vida en la que ésta habita, está por encima de cualquier caciquismo neocomunista fracasado que sólo nos devolvería a la España que un día quisimos dejar atrás. Somos demócratas por encima de nuestra ideología socialdemócrata, liberal o democristiana, defendamos los valores que un día, aquel hombre, nacido en Cebreros, provincia de Ávila, quiso poner sobre la mesa por una España mejor.