Las asociaciones vecinales se concentran este jueves frente al Ayuntamiento para reclamar que actúe ante las «cocinas fantasma»

Gacetín Madrid

La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) presentará este jueves, 29 de abril, una denuncia en el Ayuntamiento de Madrid para exigir su intervención ante presuntas irregularidades de cocinas fantasma o ‘dark kitchen’ ubicadas en varios distritos de la capital.

El registro de esta petición se producirá tras una concentración de vecinos damnificados que comenzará a las 10:00 frente a la puerta principal del Consistorio, en la Plaza de la Cibeles. A la misma asistirán el presidente de la FRAVM, Quique Villalobos- y su responsable de Urbanismo y Vivienda, Vicente Pérez Quintana, además de representantes políticos de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.

A continuación, los representantes de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid se desplazarán hasta la puerta de acceso al Ayuntamiento de la calle Montalbán para registrar su escrito.

La FRAVM ha decidido intervenir en este ámbito junto a los vecindarios afectados con el fin de «poner coto, cuanto antes, a un fenómeno en plena expansión que genera graves molestias de olores, ruidos, humos y movilidad en los edificios residenciales en los que se ubica».

El confinamiento por la pandemia de coronavirus ha sido el detonante que disparó la demanda de comida a domicilio. Tetuán y Chamartín concentran en mayor número de cocinas “fantasma”, pero el negocio se ha extendido por 9 distritos más: Arganzuela, Centro, Chamberí, Ciudad Lineal, Puente de Vallecas, Salamanca, Retiro, Carabanchel y Villaverde.

En estos momentos 38 cocinas fantasma están solo a la espera de una licencia de apertura para empezar a funcionar y otras 18 abrirán en breve en la calle Navarra, no muy lejos de las 21 que ya operan a pleno rendimiento en José Calvo, 10,  distrito de Tetuán.

Por su lado, desde el Grupo Municipal Socialista se han localizado 27 nuevas instalaciones de este tipo en el interior de la M-30, que albergan desde 3 hasta 38 cocinas, de modo que, a este ritmo, auguran que se superarán las 250 cocinas este año.

En el caso de Arganzuela, en la inmediaciones del colegio Miguel de Unamuno, una empresa está instalando 12 cocinas “fantasma”. Se estima que harán 36 pedidos por hora, lo que implicará 468 vehículos repartiendo comida de 10 de la mañana hasta las 11 y media de la noche.

El Miguel de Unamuno tiene unos 900 alumnos matriculados y, tanto sus familias como los vecinos de la zona, se oponen a la implantación de este negocio en la calle Alejandro Ferrant, 8, un bajo de más de 500 m2, al lado del colegio.

Esta comunidad escolar lleva años reclamando mejoras en el acceso seguro a las instalaciones y participan activamente en la conocida revuelta escolar que, con esta reivindicación, se viene dando en toda la ciudad de Madrid.

Los vecinos de estas «cocinas fantasma» no entienden «cómo las administraciones permiten una actividad industrial tan molesta y de riesgo bajo sus domicilios», y por ello han presentado diferentes reclamaciones en el 010 y en la web del Ayuntamiento de Madrid, y dado aviso a la Policía Municipal en diferentes ocasiones.

Defienden que «es imprescindible regular de manera estricta un fenómeno nuevo que puede convertirse en una auténtica pesadilla para las comunidades afectadas». «Es necesario sacar de los bloques de viviendas una actividad claramente industrial, que entraña riesgos importantes para la vecindad», inciden.

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