por Marcos Carrascal
¿Que Zaplana presuntamente cobró comisiones ilegales derivadas de la concesión de la ITV y el Plan Eólico de la Comunidad Valenciana? Sí. ¿Que Zaplana ha blanqueado presuntamente dinero mediante tres empresas diferentes vinculadas a él? Sí. ¿Que si el reo sufre un pronóstico grave por el cual su vida corre peligro a corto plazo puede ser excarcelado por orden del juez? También. Zaplana, que es un presunto delincuente, sufre un cáncer que, por desgracia, lleva meses ganándole la partida; y se encuentra en un estado de absoluta demacración. Según un informe médico, los huesos del ex-president de la Comunidad Valenciana son como los de una anciana de ochenta años. El último descubrimiento de su débil salud es una importante pérdida de masa ósea. Con la ley, y el corazón, en la mano, Zaplana habría de salir de la prisión para poder pasar sus últimos días de vida con su familia, alejado de los barrotes. Es de justicia.
En el 2012, Bolinaga fue excarcelado de la prisión, en la que llevaba desde 1997 por tres asesinatos y dos secuestros. ¿La razón? Como Zaplana, sufría un cáncer generalizado, terminal y en situación irreversible, según los informes médicos. Garzón, juez a la sazón, afirmaba que un Estado de Derecho no puede dejar que nadie muera en la cárcel. Bolinaga murió en el año 2015, dos años y medio después de su liberación, por culpa del cáncer. ¿Cuál es la diferencia penitenciaria entre Zaplana y Bolinaga? Ninguna. Igual que tampoco hay diferencia penitenciaria alguna entre Zaplana y el etarra Ibon Iparraguirre. Igual que cuál es la diferencia penitenciaria entre Bolinaga e Isabel Aparicio, otra política presa —militante del PCE(r)— que falleció en prisión en 2014 por un cáncer. Es necesario resaltar que Zaplana está en prisión preventiva, a espera de juicio, y Bolinaga e Iparraguirre estaban condenados en firme por delitos de sangre.
Con el caso de Zaplana, se abre un gran debate que creíamos superado en Occidente. Sin embargo, como tantos debates, éste también parece que se ha abierto. ¿Considera la sociedad española, y como tal el Sistema Jurídico vigente, que los presos tienen dignidad humana? Si es así, cualquier persona ha de ser tratada con dignidad; y es una felonía tratar a un humano, por muy oscura biografía que arrastre, sin dignidad, peor que a un animal. Zaplana merece ser atendido como es debido, y la prisión en la que está ingresado no le puede garantizar estos cuidados.
Es evidente que estoy a favor de evitar que ésta sea una forma de escape. Aunque permítanme que, en su estado físico, siquiera se le haya pasado esta idea por la cabeza. Por eso, estoy a favor de que sea vigilado, si fuera menester, o que sea sometido a todas las restricciones pertinentes. En cualquier caso, éstas no pueden hacer más daño que el que le está haciendo la enfermedad a Zaplana.
Por último, un saludo a la jueza encargada de este caso. Debería de recordar al juez Garzón, cuando indicaba —y lo repito porque creo que esta idea debe calar en nuestras entrañas—que nadie puede morir en una cárcel en un Estado de Derecho. Zaplana, tan endeble y frágil, ya paga con suficiente pena como para que usted le secuestre en los avernos del sistema penitenciario. Cuando recupere su corazón, actúe. Esperemos que sea pronto, y que sus remordimientos no la devoren en los años venideros.
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