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Entrevista a una feminista

by Gacetín Madrid

por Marcos Carrascal

Hoy, creo que mi opinión puede ser eclipsada por Paloma. El tema del que vamos a hablar es el feminismo; y uno de los problemas del feminismo, a mi entender, es que es enarbolado por los hombres… sin las mujeres. No voy a caer en esa red. Por ello, agradezco su disponibilidad a colaborar conmigo una influencer muy especial: Paloma, @_lirika_, en Instagram. Paloma estudia Ciencias Políticas en la UV —Universitat de València—, es poeta —ha publicado varios vídeo-poemas— y tiene una sensibilidad especial que culmina en su militancia antiespecista y feminista. En definitiva, una joya que tengo el placer de presentaros. ¿Su único defecto? Que me debe una cerveza en Madrid.

1.- Después de la resaca del 8M, en todos los medios se dice que arranca un nuevo tiempo para las mujeres; de las mujeres. Pero, ¿ha cambiado algo desde que se comenzó a planear esta jornada o es un titular hipócrita y vacío?

Es innegable que la movilización del 8 de marzo fue masiva y sin precedentes, pero los cambios que en adelante se produzcan son más bien parciales. Es decir, es cierto que para muchas mujeres que no habían oído hablar antes del feminismo, o que lo entendían como un movimiento alejado de sus realidades, quizá este 8 de marzo les haya abierto los ojos en muchos sentidos. De la misma forma creo (o quiero creer) que también hay hombres que debido a la gran campaña feminista han comenzado a cuestionarse aspectos de sus vidas (por más mínimos que sean) en los que por el hecho de ser hombres tienen un privilegio innato.  No obstante, considero que el mensaje de los medios es cuanto menos engañoso. Las mujeres hemos salido a la calle un día, sí, pero los 364 restantes continuaremos aguantando a nuestros novios machistas, padres controladores, desconocidos que nos acosan, amigos que nos sexualizan, jefes que nos discriminan y los mismos medios que antes supuestamente nos apoyaban, nos juzgarán. Entiendo por tanto que el mensaje de fondo de estos medios de comunicación, que evidentemente no son ni jamás han sido objetivos y que responden a intereses particulares, es incitar al conformismo y hacernos creer a las mujeres que o bien ya está todo hecho o que queda muy poquito por hacer. Que aquí todos somos feministas, no exageremos. Y no me extraña, si nos llevamos está impresión al final ceden nuestras reivindicaciones, o dicho de otra forma: nos callamos y no molestamos, que es lo que quieren.

2.- En la manifestación de Madrid, varias representantes del grupo de Ciudadanos acusaron a varias manifestantes de haberlas increpado como esquirolas, y Begoña Villacís advirtió que “los feminismos de palo no van a impedir su libertad”. ¿Realmente existe un feminismo de palo que impida su libertad?

Por supuesto que no. Es al contrario, su feminismo liberal impide nuestra emancipación y liberación real al proclamar un discurso sobre el movimiento feminista como un movimiento totalmente apolítico. El feminismo siempre será anticapitalista, antirracista y antifascista. Y Ciudadanos peca de todo eso y más. Estamos ante lo mismo, el ‘feminismo de derechas’ si es que puede llamarse así, pretende confundirnos y desviarnos del camino efectivo y real ya que sabe que mediante reformas institucionales no lograremos jamás la igualdad, y precisamente eso es lo que quiere. A Begoña Villacís le diría que no se trata de impedir su libertad, si no que al señalar y criticar a su partido estamos precisamente ayudando (aunque ella no sea consciente) a que todas las mujeres seamos por fin libres, cosa que no ocurrirá ni de lejos dentro del marco capitalista vigente.

3.- Mucha gente piensa que el feminismo es la moda del siglo XXI. Quién no sea feminista, no está bien visto. ¿Hasta qué punto se está utilizando el feminismo para fines que no son feministas?

Como ya he dicho anteriormente, el capitalismo (y por consiguiente los respectivos partidos que lo legitiman y/o defienden) tiende apropiarse de luchas con el objetivo de disiparlas y que no supongan estas una amenaza real. Que al capitalismo le beneficia el patriarcado es una obviedad. Sin embargo, la afirmación de que el feminismo sea una moda no me parece correcta, es decir, que desde las instituciones, los medios y partidos políticos se pretenda utilizar el feminismo para fines no feministas no significa que el feminismo como tal sea algo pasajero. El feminismo no es una moda, es un movimiento que lucha de manera real por la liberación de las mujeres.

4.- Un poco en la línea anterior, el arzobispo de Madrid, Osoro, en contraposición con el obispo de San Sebastián, Munilla, aseguró que la Virgen María haría huelga. ¿Se puede ser feminista desde la fe católica y la pertenencia a la Iglesia?, ¿o a cualquier otra religión?

Antes de responder a esta pregunta conviene separar las instituciones de la religión. No considero que la Iglesia como institución pueda ser jamás feminista al estar en el juego del capitalismo. Pero otra cosa es la fe individual, la interpretación personal de cualquier religión que pueda hacerse en este caso desde el feminismo. Entonces no creo que esta deba estar necesariamente reñida con nuestro movimiento, ni mucho menos. Recalco la palabra ‘necesariamente’, ya que me parece una pregunta compleja y la respuesta podría variar dependiendo de la corriente feminista a la que se pertenezca o la creencia religiosa que se sostenga.

5.- Cambiamos de tema: la génesis del feminismo es la presencia de una cultura machista. ¿Qué es la cultura machista? Y, sobre todo, ¿cómo formamos parte de ésta sin saberlo?

La cultura machista es absolutamente todo. No existe un solo ámbito de nuestras vidas en el cual no se encuentre. La observamos en nuestras prácticas sexuales, al considerarnos nuestro compañero (hombre heterosexual que creció viendo porno) simples máquinas para dar placer, o en las relaciones personales, cuando nuestro compañero no nos escucha ni nos tiene en cuenta, nos hace manspleaning o ignora los cuidados básicos en todo tipo de relación. Sin duda también en actitudes que de manera inconsciente hombres y mujeres adoptamos, un ejemplo de ello sería como las mujeres nos consideramos competencia entre nosotras al haber crecido rodeadas de iconos de mujeres perversas y odiándose entre ellas, sin ir más lejos podemos fijarnos en todas y cada una de las películas Disney. Por su parte los hombres tienden a considerarnos sujetos pasivos, ya sea desde abrirnos la puerta por el hecho de ser mujeres, querer que entremos gratis en las discotecas o creer que por el hecho de ser hombres tienen que invitarnos a cenar ellos.  El machismo cultural es promovido desde todos los ámbitos: música, cine, libros, videojuegos… etc. No podemos obviar tampoco la separación sistemática a la que se nos somete desde que somos niños/as. Las mujeres somos bombardeadas con el color rosa, lo dulce, delicado, bonito. Se nos enseña a cuidar, a gustar y a olvidarnos de nosotras mismas. Jugamos con muñecas, ya preparadas desde la infancia para ser madres y ‘realizarnos como mujeres’. Los hombres por su parte son educados en la seguridad, fortaleza e incluso violencia. Deben ocupar el mayor espacio posible, (lo que en unos añitos derivará en manspreading ), no mostrar sus emociones y en última instancia dominar. Ellos jugarán con superhéroes, coches, videojuegos de guerra, acción… etc. En definitiva; la cultura machista se encuentra realmente interiorizada y normalizada, formamos parte de ella sin saberlo todos los días, en nuestra forma de relacionarnos o de razonar.

6.- También se han escuchado últimamente el término heteropatriarcado. ¿Qué es en relación con la cultura machista?

El patriarcado implica la orientación heterosexual como norma. El heteropatriarcado está relacionado con los roles de género, y por tanto con la cultura machista. A las mujeres, tiernas, sensibles, débiles y delicadas, deben atraernos los hombres decididos, fuertes, dinámicos y dominantes. Debemos ser salvadas y ellos deben salvar, así nos reafirmamos como hombres y como mujeres. Es una condición más, la heterosexualidad se da por hecho en una sociedad patriarcal si queremos cumplir con los roles que se nos adjudican al nacer.

7.- En ocasiones, se trata de enfrentar a los hombres con el movimiento feminista, aduciendo que el feminismo está en contra de los hombres. En este sentido, ¿puede ser un hombre feminista o solo puede ser aliado? Por otro lado, para que los hombres escapemos de los micromachismos que albergamos en nuestras entrañas, ¿qué podemos hacer?

El feminismo no está en contra de los hombres, tan solo está a favor de las mujeres. Si el feminismo está en contra de algo es del patriarcado, el cual bien es cierto que reproducen los hombres, pero el objetivo no es enfrentarnos con ellos si no que entiendan que deben deconstruir su masculinidad hegemónica y dominante. Para esta deconstrucción lo primero es tomar consciencia de todos y cada uno de los privilegios que los hombres tienen por el hecho de serlo, así como aceptar el rol social de opresión que ejercen sobre las mujeres de forma pasiva (al concederles la sociedad unos derechos de los cuales a nosotras nos priva) o de forma activa (al oprimirnos directamente, ya sea en forma de acoso, comentarios despectivos, maltrato, violaciones… etc). Una vez aceptado este rol de opresión y dejada a un lado toda actitud defensiva, es necesario aceptar además que su papel siempre va a ser secundario y que por pertenecer precisamente al grupo opresor quien debe liderar la lucha por la liberación del grupo oprimido es el grupo oprimido. Aquí entra en juego la deconstrucción, ya que para ello los hombres deben dejar a un lado no solo la actitud defensiva si no el afán de protagonismo. Por lo tanto, el nombre que mejor se ajustaría al papel que deben desempeñar en el movimiento es el de aliado. Y si realmente quieren escapar de los micromachismos, término al cual le quitaría lo de <micro> ya que son machismos al fin y al cabo, lo verdaderamente importante no es cómo se llamen si no cuánto interés ponen en acabar con el tipo de masculinidad que se les ha inculcado.

¿Qué podéis hacer? Respecto a esto siempre digo lo mismo: preguntar, preguntar y preguntar. Preguntar si nos incomoda esto o aquello, si estamos conformes o si consideramos que alguna actitud que lleváis a cabo es patriarcal. Y ante la respuesta: callar, reflexionar y corregir. Escucharnos si os decimos que algo es machista y no cuestionar si lo es, ya que si lo decimos es porque lo sufrimos y sentimos de esa forma y por ello debéis esforzaros para no reproducir esa conducta machista que acabamos de señalaros. Todo esto sabiendo que no tenemos la obligación de hacer pedagogía, y que la deconstrucción es un deber que tenéis que llevar a cabo vosotros. Es decir, nosotras no tenemos por qué ser profesoras, si no vosotros preocuparos realmente por dejar de ser machistas, sabiendo siempre que no podréis dejar de serlo en su totalidad mientras nos desarrollemos en una sociedad patriarcal y que la tarea de la deconstrucción es continua e ininterrumpida.

8.- Hace un siglo, algunos políticos espetaban a Federica Montseny que no era apta para dar discursos. ¿Su pecado? tener hijos y no ser una top model. ¿Hemos cambiado algo en esta centuria, o no? 

Aunque actualmente esta discriminación no sea por lo general de manera tan clara y directa (y recalco ‘por lo general’ porque en muchas ocasiones si lo es), todavía se nos exige a las mujeres un determinado canon de belleza si queremos desempeñar un trabajo cara al público, solo hace falta fijarnos en los programas de televisión: las mujeres que aparecen siempre se encuentran en consonancia con lo que el patriarcado considera atractivo. Esta es un arma de doble filo, ya que además de exigirnos esa belleza idílica si cumplimos con ella somos reducidas a objetos sexuales y cosificadas totalmente.  Por otro lado, los hijos siguen siendo un obstáculo en la vida laboral de las mujeres, ya que al considerarse socialmente que debemos dedicarnos a cuidarlos en exclusiva esto nos impide avanzar en nuestra carrera profesional además de no ser contratadas en numerosos trabajos si nos encontramos en ‘edad fértil’.

9.- Volvamos a los términos: ¿qué significa liberación y empoderamiento femenino?

Entiendo la liberación y el empoderamiento femenino primeramente como una toma de conciencia colectiva de nuestra situación de opresión. Sin ser conscientes es imposible <liberarnos> de todas las dinámicas machistas. Una vez que nos ponemos las gafas violetas el trabajo de liberación y empoderamiento es continuo, se trata de conquistar la independencia, el poder de decisión y la seguridad que como mujeres se nos fue negada. Es romper con las limitaciones, estereotipos y roles patriarcales que nos impusieron; en definitiva, permitirnos ser como somos, cultivar nuestra autoestima y sentirnos libres. Quizá suena utópico o inalcanzable, y no debemos olvidar que en cierto modo lo es, ya que no podremos ser realmente libres si no acabamos con la estructura patriarcal y capitalista en su totalidad, por muy empoderadas que a nivel individual estemos. De modo que es crucial trabajar en estos dos sentidos, de manera personal y de manera colectiva, sin olvidarnos de darle un carácter de clase a nuestra lucha.

10.- Desde diversos sectores de la izquierda, se plantea que el movimiento feminista es una reivindicación de clase obrera. Sin embargo, desde los otros lados del tablero, se trata de especificar que el movimiento feminista es transversal, sin ideologías… ¿En qué postura te encuentras?

El movimiento feminista es anticapitalista, como ya he dicho antes, además de antirracista y antifascista. No debemos definirlo como transversal y apolítico si no como interseccional e inclusivo. No obstante, considero negativo, como desde diversos sectores de la izquierda se plantea, reducir el feminismo a una cuestión meramente de clase, es decir, todas las mujeres estamos oprimidas por ser mujeres, burguesas y obreras, en cuestión de género. Esto implica que aunque la mujer obrera este doblemente oprimida, si mañana acabáramos con el sistema capitalista no significaría esto que acabásemos también con el patriarcado, ya que el patriarcado no es consecuencia del capitalismo si no que el capitalismo refuerza y alimenta el patriarcado. El patriarcado es una opresión que existía mucho antes del capitalismo, no surge a partir de él, sin embargo, no podemos plantear una igualdad desde dentro del mismo capitalismo ya que a este último le beneficia y reafirma la situación de opresión femenina. El feminismo no debería ser una lucha secundaria o posterior a la desaparición de las clases sociales, como dije en la anterior respuesta, es importante trabajar en estos dos sentidos, tanto a nivel de empoderamiento femenino y deconstrucción masculina individual, como como a nivel colectivo y movimiento anticapitalista sin el cual es imposible que la mujer deje de estar oprimida.

11.- Lo que es indudable es que ha habido un resurgir del movimiento feminista, que muchas mujeres se están organizando y están dando pasos de gigante en favor de la igualdad… ¿Es realidad esta percepción o es una suerte de proyecto abortado, como tantos movimientos emancipadores?

Considero que es una percepción real, pero en muchos casos exenta de autocrítica y demasiado colonizada por fines no feministas (medios de comunicación, partidos políticos oportunistas…etc) . Las mujeres se están organizando, sí, pero todavía queda mucho, muchísimo por hacer.

12.- Para contrarrestar la cultura machista que hemos comentado antes, y de paso expandir cultura feminista, ¿nos puedes recomendar alguna película, grupo de música, lectura o pintura?

Encantadísima. Sobre todo escucho a grupos de música feministas, o a mujeres artistas: La Ira, La Furia, Tribade, Machete en Boca, Rebeca Lane, Masiva Lulla, Bittah, Sombra Alor, La Otra, Shuly Dal Riza, Gata Cattana, Tremenda Jauria, Mafalda, Anier, La Prima, Nathy Peluso, Mala Rodriguez, La Zowi, Ascensa Furore, Ana Tijoux, Le Fay, Bebe… Y seguro que se me olvida alguna. Las mujeres en la música son geniales, es una pena que tengan tan poca repercusión. Respecto a la lectura, Irene X es mi favorita, así como Loreto Sesma o Srta Bebi. El libro de Barbijaputa ‘Machismo: 8 pasos para quitártelo de encima’ me parece también muy interesante. Recomiendo sin duda leer además a Sylvia de Bejar o Heather Ash Amara, Silvia Federici, Simone de Beauvoir o Angela Davis. La revista Pikara Magazine es también magnífica. Si hablamos de pintura una artista que me gusta mucho es Harumi Hironaka, y de películas recomiendo Frida, Te doy mis ojos o Sufragistas. El cuento de la criada es una serie que también está muy bien y de la que hay un libro, no me olvido tampoco de Las Chicas del Cable, Orphan Black, Vis a Vis o Orange is the New Black.

BONUS: ¿Algún recado para los machirulos que te estén leyendo?

Las mujeres avanzamos, reivindicamos, luchamos, nos unimos y exigimos, les guste o no. Mi recado es que empiece a gustarles, o daremos mucha más guerra. Quien avisa no es traidor. Resulta que ahora a las mujeres nos encanta pecar y atrevernos a ser libres.

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