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ModApp juvenil

Gacetín Madrid

por AIDA DOS SANTOS

España es uno de los países con mayor conectividad de nuestro entorno, con ya una década de crisis, jóvenes fuera del mercado laboral y la marca de la explotación infantil impresa en las etiquetas de las grandes multinacionales, que las Apps de compra venta de segunda mano especializada en ropa de mujer rompieran la pana en nuestro país responde a una necesidad creada por la propia industria de la moda.

No nos referimos ni a Wallapop, ni a Vibbo (antes segundamano) ni mucho menos a Milanuncios, hablamos de Vinted y Chicfy, con fotografías subidas por quinceañeras que pasarían perfectamente por fotos de catálogo.

Estás Apps no son la informatización de las Rozas Village o del mercadillo de Majadahonda, aquí encontraremos a muy pocas treintañeras deshaciéndose de un par de Manolos de 2013. Como decía, está plagado de quinceñares y veintañeras que se tienen que deshacer de la ropa de temporadas anteriores para poder renovar el armario.

¿Cuántas chicas de 16 años pueden pedirle a sus padres 100€ cada septiembre? ¿Cada abril? ¿Cada junio? Con padres que no llegan a ser mileuristas, con unas tasas en la educación secundaria, en la formación profesional y en la universidad cada vez más inalcanzables, engordar una talla a consecuencia de la comida precocinada es algo que no se pueden permitir.

Veremos muchos bolsos de Bimba&Lola a la venta, pero con el cartel de vendido lo que encontremos serán las camisetas básicas de Bershka, muchos zapatos de tacón y suela roja quedan amontonados bajo el hastag #nuevos mientras que las converse #usadas se venderán en pocos días tras su publicación.

Son aplicaciones altamente seguras que protegen los datos tanto de compradora como de vendedora en los envíos, y que por supuesto, declara sus beneficios. Con equipos que te supervisan las fotografías, los precios y los envíos es difícil encontrar al típico caradura que hace negocio de la segunda mano y aprevechar la miseria ajena para sacarse un sobresueldo. Se cierran las cuentas de aquellos que quieren vender #handmade, de aquellos que venden bajo pedido previo de talla y modelo, y por supuesto, hay todo un ejército de usuarias que te ponen a caldo la imagen como subas la camiseta del Mulaya de tu calle indicando #marcadesconocida por el triple de lo que marca la etiqueta. Incluso hay algún”despistado” que lo confunde con Badoo.

Muchas de estas jóvenes han visto aquí la alternativa a la fastfashion, a la explotación infantil en los sótanos del sudeste asiático y a la tomadura de pelo que supone Humana, y por supuesto, se hace desde tu sofá mientras ves capítulos de Vamps.

En estas Apps encontraremos la posibilidad de renovar el armario, con las 18 prendas necesarias. Y es que todo lo que crees que necesitas, lo puedes encontrar por 5€ (con gastos de envío gratis los fines de semana). Y si a eso le restamos lo que de tu propio armario vendas…

chicfy

Imagina a esas jóvenes que van de casa al instituto, que tienen el centro comercial más próximo a 40 minutos de coche por autovía, que los padres no tienen dinero ni para compritas, ni para meriendas. Qué alternativa le queda a la chavala de 15 años que quiere una camiseta con la lengua de los Rolling Stones si en la tienda de medias y fajas de la plaza lo más atrevido que venden es el calcetín tobillero.

Siempre habrá puritanos que crean que es ropa peor, desgastada, o que da asquete llevar ropa usada… las chicas que han heredado la ropa de vecinas y primas durante 10 años saben lo que significa la ropa: simplemente ropa que te pones, te quitas, lavas, tiendes, planchas, te pones, te quitas…

Que te puedes encontrar estafas, puedes, claro que puedes! Pero la mayoría son chicas que te envuelven en papel de seda la camiseta del Lefties, que te meten una nota dándote las gracias, un jabón casero y caramelos Virginas.

Llegado a este párrafo muchos están pensando: ya estamos con la economía colaborativa!No, esto no es compartir piso con un par de canadienses a los que no conoces haciéndole la competencia al apartamento turístico. No, esto no es compartir coche con un desconocido que fuma tabaco negro y escucha Cope.

Esto no va de treintañeros que ahorran, esto va de quinceañeras que no tienen. Esto va de darle la opción de la moda a quien no la tenía. De posibilitar la compra de una camiseta de la temporada 2012 que tiene un estampado que te gusta y no encontrarás jamás en la tienda de barrio de la plaza.

Esto va de ocupar un espacio en el mercado que NO existía para las chicas de secundaria. Esto va de la necesidad de ir a la moda que ha creado la industria textil para las hipersexualizadas adolescentes de nuestro país.

Esto va de la feminización de la pobreza.

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